jueves, 5 de enero de 2017

SOLO VEMOS LA PUNTA DEL ICEBERG.

Últimamente me ocurre que me creo muy pocas cosas. Apenas me creo nada, esa es la verdad. Tengo más fe que nunca, pero sé que estamos en un momento muy especial de oscuridad, y no me fio de los "gurus", "canalizadores"... ni tampoco de cierto tipo de eventos que se generan con ciertos cambios de fecha, etc. Sólo me fío de mi discernimiento interno.

Creo que es un momento en el que retoman fundamental importancia las antiguas tradiciones espirituales, fundamentalmente las que aportan una práctica que nos pueda acercar a lo divino y ayudarnos a conocernos más a nosotros mismos. Creemos que conocemos todo, pero en verdad apenas vislumbramos la punta del iceberg de la Realidad.

Ya se ha descubierto que lo que llamamos pensamiento "racional" ocupa una ínfima parte de nuestro cerebro. Todo el resto lo forman las emociones, el inconsciente.

En esta parte "que no se ve" es donde se encuentra el cambio que todos estamos esperado y que algunos estamos buscando. Es esta parte "que no se ve", donde se encuentra el inconsciente colectivo, donde habitan nuestros miedos más profundos, nuestra sombra más ignota, la que contiene la magia necesaria para cambiar el mundo, para que cambien las cosas.

Veo lo que ocurre a nuestro alrededor, en la calle, en el mundo, parece que no hay soluciones para la crisis (económica, de conciencia), que los caminos para el cambio son difíciles o imposibles. Esto es así porque miramos solamente con nuestros ojos físicos, porque reaccionamos solamente con nuestra "mente racional". Y el pensamiento, ya se ha demostrado, cambia muy lentamente. Así que por ahí no podemos conseguir ese cambio. Así es.

El cambio que buscamos va más allá, hay que profundizar en nuestro inconsciente y en nuestras emociones para encontrar nuevos caminos y nuevas soluciones. Mientras muchos estamos sanando este lado "oculto" y profundo, un cambio por ahora invisible se está gestando en el mundo. Atrevámonos a ser auténticos, a penetrar en las capas profundas de nuestro ser y de nuestro inconsciente, a rescatar la sabiduría que yace dormida en nuestro interior.

Atrevámonos SENTIR, aunque al principio sea doloroso.

Atrevámonos a hacer las cosas de manera distinta a la que estamos acostumbrados, a buscar nuevas vías, nuevos caminos. Este es el único cambio posible.

Si nos sentimos o encontramos solos, busquemos personas honestas y humildes que nos puedan ayudar a transitar esta vía de transformación. No podemos hacer esto solos. Y si nos sentimos perdidos o abrumados con demasiada información, volvamos a las RAÍCES, a la TIERRA, a la Naturaleza, a las tradiciones antiguas, a sus prácticas.

Y entonces se irá gestando el cambio mágico que deseamos en el fondo de nuestro corazon. Y nuestros ojos (del espíritu) se abrirán, y nuestros oídos oirán. Y entonces veremos cara a cara.

"Y Dios creó el desierto para que el hombre se conociera"
Proverbio tuareg

Noraya Kalam

El Arcangel.com

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