Hay muchos motivos por los que las personas pueden no sentirse
bien consigo mismas. Ya sea por motivos relacionados con la apariencia física,
por no haber podido alcanzar ciertas metas, por tener determinados defectos o a
causa de debilidades o rasgos de la personalidad que una persona detesta en sí
misma, la gente encuentra continuamente motivos para odiarse y pasa por alto
con demasiada frecuencia los motivos para sentirse bien consigo misma.
Aunque todos tenemos defectos o aspectos de nosotros mismos que no
nos gustan, algunos se aprecian a pesar de todo mientras que otros pueden
acabar sintiendo un tremendo odio hacia sí mismos. La mayoría, en cambio, suele
situarse en un término medio entre estos dos extremos, con días o rachas en las
que se sienten contentos y orgullosos de sí mismos y otras en las que sucede
todo lo contrario.
Si pasas más tiempo del que te gustaría en el extremo del odio
hacia ti mismo, significa que necesitas aprender a sentirte mejor con la
persona que eres. Para lograrlo:
1. Deja de vivir en el
pasado. Usa el pasado solo como fuente de
información para aprender, para evitar repetir
errores y para cambiar comportamientos. Cuando te encuentres volviendo al
pasado para lamentar oportunidades perdidas o criticarte, detén ese pensamiento
y céntrate en el momento presente con intensidad.
2. Deja de vivir en el
futuro. Mirar hacia el
futuro sirve para hacer planes, trazar metas, imaginar la vida que deseas y los
pasos que has de da para conseguirlo y para prever posibles problemas y buscar
soluciones.
Vas a
descubrir los secretos que la mayoría nunca sabrá sobre autoayuda
No obstante, hay quien vive en el futuro preocupándose
continuamente por todo lo malo que le puede pasar, con una actitud pesimista y
desesperada. Si te descubres mirando hacia el futuro de este modo destructivo,
detén ese pensamiento y céntrate en el momento presente con intensidad.
3. Utiliza el mindfulness. En los dos puntos anteriores he escrito la misma frase: centrarse en
el presente intensamente. Esto es lo que se llama mindfulness. Cuando tu mente
se descontrola y se va al pasado o al futuro de un modo destructivo, hay una
forma de controlarla: controlando tu atención
controlas tu mente. Y en esto consiste precisamente el
mindfulness. Por tanto, aprende todo lo que puedas sobre esta práctica. Cuando
más practiques, mayor será el control que tienes de tu propia mente, de ti
mismo y de tu vida.
4. Ten cuidado con las cosas que te dices a ti
mismo. Duras críticas, insultos, desprecio,
infravaloración… A veces somos nosotros mismos los que nos decimos todas estas
cosas y luego actuamos como si no pasara nada, como si eso no fuera a ejercer
ninguna influencia en nosotros. Pero lo cierto es que influye mucho más de lo
que creemos…
5. Aprende a perdonarte. La vida es difícil, la sociedad en la
que vivimos es muy complicada, aprender el mejor modo de relacionarnos con los
demás puede requerir toda una vida y continuamente nos enfrentamos a problemas,
retos y obstáculos. ¿Cómo no vamos a cometer errores continuamente? Lo raro
sería no cometerlos. Acepta que los errores son inevitables y aprende a
perdonarte.
6. No olvides tus puntos
fuertes. Tendemos a dar
por sentado e ignorar las cosas buenas y a machacarnos por las malas. Puedes
ser una persona competente e inteligente que ha fracasado en algo y en ese
momento solo reconoces tu fracaso y olvidas que sigues siendo competente e
inteligente. O puedes ser una persona amable y cariñosa a quien han tratado mal
y entonces te ves como alguien indigno de amor o despreciable y te olvidas de
que sigues siendo una gran persona. O puede que un problema te haya superado y
te sientes débil e incapaz, olvidando que tu debilidad puede proceder también
de esa misma sensibilidad que te aporta compasión y altruismo. Por tanto, ten
siempre presentes las cosas buenas que hay en ti y no las olvides precisamente
cuando más necesitas recordarlas, pues siguen estando ahí.
7. Ten siempre una meta
por la que luchar. Busca
un objetivo, una meta, un sueño… Si hay cosas que no te gustan de ti o de tu
vida, proponte como objetivo hacer cambios. Ve poco a poco, una pequeña meta
cada vez. Las metas no solo sirven para hacer cambios en tu vida y mejorar,
sino que tienen un poderoso efecto psicológico: aportan sentido y dirección a
ti vida, te motivan y te hacen sentir bien contigo mismo conforme las vas
alcanzando. No tienen que ser grandes metas. Muchas metas pequeñas (que vayas
alcanzando una a una y poco a poco) pueden servir y son más fáciles de
alcanzar.
8. Cultivar la autoaceptación. Este es otro artículo que puede interesarte, centrado en las
críticas a uno mismo, sus principales causas y cómo aprender a aceptarte más y
criticarte menos.
Y, por
supuesto, haz cosas que te hagan sentir bien cada día, aunque solo sea escuchar
música un rato. Estas pequeñas cosas son mucho más importantes de lo que pueda
parecer.
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