Una de las grandes enseñanzas para elevar la calidad
de tu vida es el hecho de NO juzgar todo cuanto sucede a tu alrededor.
Aunque pueda parecer inevitable o relevarte a una
postura poco participativa, debes saber que juzgar, etiquetar las cosas, las
personas y situaciones es una actitud que realmente lo único que hace es
minimizar y conceptualizar todo, reduciendo todo cuanto ocurre a un perspectiva
muy relativa.
Parecerá una verdad absoluta para ti, no es más que un
punto de vista, que limita todas las demás posibilidades.
De algún modo, el juicio impide que veas más allá del
pensamiento y sólo te quedes con una idea mental que parece definir la
realidad, cuando ésta tiene una profundidad, significado y un valor mucho
mayor.
Cuando juzgas una situación, acontecimiento o a otra
persona, debes comprender que realmente no eres TU quien está juzgando, sino tu
yo inferior, tu EGO, quien necesita de ese juicio para sentirse separado
de los demás, superior y así reconfortado.
Necesita de ese hábito para existir, y así
mantener su auto-imagen. Donde los pensamiento negativos y el miedo son su
alimento.
Si permites que esos pensamientos tomen fuerza,
actuarán como gritos pidiendo al Universo que sigan apareciendo situaciones
similares.
Bajo ese juicio, por muy inevitable que parezca, tu
EGO, muestra su descontento con lo que ocurre, no lo acepta. No acepta el
momento que ha sido creado por y para ti, y mediante el juicio lucha contra el
Universo y compite contra los demás. Si lo permites, o no eres consciente de
ello, cada vez estarás más separado del resto, serás más pequeño y te sentirás
con miedo por que el Mundo parecerá un lugar hostil. Cuando realmente todo esta
unido y conectado por esa sustancia que se hace llamar AMOR.
¿Y cómo se consigue dejar de juzgar?…básicamente
trayendo consciencia a tus pensamientos, siendo consciente de cuando estás
juzgando. Ésto creará un corte en el pensamiento, y éste perderá poder y
energía hasta desaparecer.
Solamente a través de fomentar esa actitud tu mente
comprenderá poco a poco que ya no quieres eso. Y cuando lo haga estará a tus
ordenes, será tu fiel aliada.
Del mismo modo que si no has hecho deporte en los 25
últimos años, difícilmente podrás acabar una maratón de 42 km, tampoco podrás
ser dueño y señor de tus pensamientos de la noche a la mañana. Necesitarás
entrenamiento, comenzar caminando cada vez más rápido hasta que tu piernas
estén listas para empezar a correr, en este caso meditar.
Con la meditación, partes del espacio interior y
aprendes a no juzgar, empezando por tus propios pensamientos…aparecerán
“buenos” y “malos” pensamientos, es inevitable, pero lo que buscas es no
identificarte con ellos, no luchar por eliminarlos…sólo debes estar presente y
ver como vienen y van…
Si lo entrenas a ese nivel, no te resultará difícil
hacerlo con las personas y situaciones que te encuentres en tu día a día. Te lo
aseguro.
Si somos tan dados en juzgar a los demás, es debido a
que temblamos, por nosotros mismos.
Juzgas lo que no esta en la media de
tu personalidad, realmente te juzgas a ti mismo.
Quien tiene la medida de lo que
debería ser?
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