Saint
Germain.
Hablemos del miedo que paraliza los sentidos, tus sentidos y no te deja fluir con la
naturalidad y soltura como la de un ave en vuelo, como el río en su cauce, como
en la mañana su despertar.
El miedo
es tan inexistente y al mismo tiempo tan letal por la fuerza que se le ha
otorgado, es tan poderoso y destructor, es más fuerte que la bomba creada por
el propio hombre y nacida precisamente por ese miedo. El miedo es lo que es
porque el hombre le ha dado esa fuerza, porque lo ha ponderado mucho más que a
cualquier otro sentimiento.
Vas por
la vida sintiendo miedo y temor a todo, utilizándolo como un escudo de
protección cuando en realidad es un escudo de autodestrucción. Se tiene temor a
vivir, temor a no vivir, miedo a encontrar y a no encontrar, miedo a saber y
conocer, miedo al amigo y al enemigo, miedo a la vida y a la muerte. Son una
sociedad paralizada por el miedo y sin embargo, el miedo no existe, al miedo se
le creó como arma para detener el avance de los seres.
Basta ya
de sentir miedo y de utilizarlo como un recurso cómodo para no avanzar; vive y
respira con plenitud a sabiendas de que has venido aquí a crecer, a
experimentar, a encontrar, a equivocarte y a aprender. Toma decisiones,
atrévete a avanzar, a confiar en tu ser interior que está contigo para guiarte
y al que solo tienes que escuchar, escuchar aquello que tu llamas corazonada,
esa, esa es la voz del amor, libre de impurezas, esa es la perfección de Dios
que se manifiesta en ti.
Si
aquello que tú piensas, que tú sientes, si aquello que tú escuchas como una voz
interna no daña a tu ser ni al de tus semejantes, si empodera tu alma, si te
permite respirar con libertad, eso entonces, nace de la luz del Padre que se
manifiesta en ti y ahí el miedo no existe, no tiene cabida, no tiene
invitación, ni fuerza, ni poder.
Así
pues, elimina el miedo de tu vida y escucha a tu ser interno que es una chispa
divina de Dios, que no se equivoca, no obstaculiza, tampoco reclama y no
estorba el camino, tu camino, ni lo ensombrece con el miedo. El miedo no es
amor, el miedo no es justo, el miedo aniquila y Dios es la antítesis de todo
ello.
Despierta y vive con confianza, confía en el
amor de Dios, confía en la luz que ilumina los caminos y vive cada experiencia
como un aprendizaje para alcanzar la evolución de tu ser, a eso has venido, no
te cierres los caminos, recuerda que tu mismo marcaste tu recorrido porque
sabías que era necesario recorrerlos para alcanzar el peldaño más alto de tu
escalera evolutiva. Se firme y consecuente y sobre todo no infundas ni te
infundas temor. A tu lado siempre hay y seguirán habiendo seres de luz
dispuestos ayudar y proteger tu camino para que tus pasos sean firmes y
seguros.
El miedo
no tiene cabida en este mundo exterior si deseas emprender el camino de la
liberación. Suelta los grilletes que te atan y que te impiden avanzar no solo
como ser humano sino como ser cósmico de esta creación; vuelve a tus inicios y
deja que reine la confianza y la paz interiores para que desde aquí puedas
llegar allá.
Vive,
sueña, crea porque toda creación desde la más ínfima y diminuta, hasta las más
gloriosa y magnífica, iniciaron en un sueño, en un solo pensamiento limpio y
puro para ser vivido con confianza y plenitud.
Elige tu qué camino seguir: confiar o temer… tu
decides.
Yo Soy
Saint Germain
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