lunes, 12 de febrero de 2018

DE LA VIDA.


La vida ¿de dónde proviene? Naturalmente que viene de la vida mis- ma que es el Padre creador de todo cuanto existe, recordad las palabras del Gran Maestro Jesús cuando dijo: “YO SOY el camino, la verdad y la VIDA”, con ello os dijo claramente que la vida es acción hay que actuar porque la misma fuerza intrínseca en ella os impulsa a la acción, por lo tanto, podemos hacer la ecuación de la vida así: Vida es = Acción.

Cuando actúas movido por la fuerza intrínseca que hay en la vida, tu vida entra en acción con todo lo que está constituido con el elemento vida, y es así como la acción y el movimiento entran a formar parte de este crucigrama de la vida.

Entonces, si la vida, desde su más elemental expresión es acción y movimiento, ¿por qué no discernís qué es aquello que impulsa la vida a la acción y al movimiento; acaso esa fuerza impulsadora que abarca todo movimiento y que está presente en todo, no es la vida misma, aspecto de la divinidad?
Amado lector de estas sencillas reflexiones, piensa por un momento si la fuerza que es la misma vida que la impulsa a la acción, no es la misma vida que os impulsa a obrar. Si es así, no cabe ninguna duda que la fuerza que impulsa a la vida está intrínsecamente en ti, que sois también la vida misma y por consiguiente, sois la fuerza impulsora de toda acción. 


Con esto os digo, amado hijo de la luz, que sois la vida misma como acción y fuerza impulsadora y como tal no dejareis de existir jamás, pues sería imposible atacar o cortar aquello que en el mundo tangible no se puede palpar, mas, sin embargo, se sabe que existe. Entonces, ¿qué se puede concluir con todo esto? Que sois la vida misma en acción y movi- miento permanente, por consiguiente, sois eternos. Por lo tanto, te pre- guntaría ¿quién puede matar la vida si aquel que la hace es también la vida misma?

Por lo tanto, mis amados, sois hijos de la vida, lo que quiere decir que sois hijos inmortales, hijos del Dios creador único, de todo cuanto existe. Sois eternos inmortales y puros, ya que es vuestra esencia pura y perfecta.

Como os decía, que la vida se manifiesta en movimiento, sea éste vertiginoso o lento, también es acción, por lo tanto vuestro planeta Tierra es también vida en acción, es un planeta vivo que siente, piensa y actúa, como cualquier otro ser viviente. Entonces ya me parece estar escuchan- do vuestra pregunta: ¿es eterna la Tierra? ella se transforma sin dejar de existir.

Ahora, os decía también sobre la relación que hay entre la vida y la Tierra o vuestro planeta, esta relación es coherente y con características propias de la vida misma con las condiciones planetarias que encierra vuestro planeta Tierra, son correspondientes cualquier tipo de manifesta- ción de vida con estas condiciones propias de vuestro planeta, por ello, perteneceis como individualidad y como vida que sois a este planeta.

Todo, amados míos, está entrelazado y todo está en absoluta perfec- ción dispuesto por el Dios único.
Como bien sabeis, el universo está compuesto por sistemas solares con sus propios globos y soles, todo en orden divino, en estos universos la vida existe y sigue siendo la vida misma, mas sin lembargo, presentan variables condiciones de vida que van acorde con estos sistemas solares, sin dejar de ser el mismo principio de vida.

Este breve recuento que humildemente, os he hecho de la vida, el planeta y la relación de estos entre sí, es con el fin de poder adentrar en vuestra vida interior, que al fin y al cabo también es vida y por lo tanto acción, movimiento.


Es nuestra vida interior la acción más bella que vuestro Padre creador os ha dado, con ella podeis realizar todo cuanto deseeis para cada uno de vosotros y para con vuestros hermanos en Dios. 

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