Tu vida interior, hermano mío, es el poder más grande que Dios te ha
dado, piensa por un momento acerca de tu filiación con Dios Padre y
reconocerás tu verdadera identidad divina y como tal, todo lo puedes,
entonces, amado mío, te invito a que reflexiones en vuestra vida interior,
esa vida llena de amor, de paz, de sabiduría, de iluminación y dotada de
todo el poder para crear tu propio mundo lleno de todas las cosas buenas
y bellas que vuestro Padre celestial os ha dado anticipadamente con amor.
Hermano hijo de la luz, despierta a la vida que late en vuestro interno que os espera para que actúes y pongas en movimiento tu poder interior. Comienza cada mañana reconociéndote tal como eres, el verdadero y único hijo de Dios, como único heredero de las prevendas de su Padre y acéptalo y comienza tu día lleno de alegría y felicidad porque eres el único hijo de Dios, el heredero del mundo y de todo lo creado por vuestro Padre celestial.
Y ahora verás, cómo vuestra vida interior comienza a actuar en cada uno de vuestros pensamientos y sentimientos y vereis realizados todos vuestros deseos.
Si alguna vez, amado mío, os habeis preguntado ¿por qué hay miseria en el mundo?, hoy habeis tenido la respuesta. Reconócete siempre y acéptate como el hijo de Dios que eres y vereis los resultados.
Una de las maneras como podeis comenzar desarrollando vuestra vida interior es autoobservándote para que comenceis a conocerte a ti mismo y podais hacer las correcciones que creais que debeis hacer en vuestro sentir, es a través de vuestro autocontrol donde hallareis vuestra santificación porque sólo aquello que se corrige llega a la perfección y la santidad, es sinónimo de perfección.
Además, debeis recordar que toda acción trae una re-acción, o sea la sagrada e infalible ley del karma está en vuestro poder el manejarla correcta o incorrectamente, con esto os digo que toda acción es karmática. Estad siempre alerta, en guardia y así os auguro que entrar al reino de los cielos.
Ahora veis, amados míos, cuan importante es vuestra vida interior y habeis comprendido que vuestra vida interior está formada por lo que pensais, sentís, decís y actuais, por ello hermanos míos, os exhorto a que os sumerjais en ella y busqueis allí la belleza y la dulzura de la vida misma.
Hermano hijo de la luz, despierta a la vida que late en vuestro interno que os espera para que actúes y pongas en movimiento tu poder interior. Comienza cada mañana reconociéndote tal como eres, el verdadero y único hijo de Dios, como único heredero de las prevendas de su Padre y acéptalo y comienza tu día lleno de alegría y felicidad porque eres el único hijo de Dios, el heredero del mundo y de todo lo creado por vuestro Padre celestial.
Y ahora verás, cómo vuestra vida interior comienza a actuar en cada uno de vuestros pensamientos y sentimientos y vereis realizados todos vuestros deseos.
Si alguna vez, amado mío, os habeis preguntado ¿por qué hay miseria en el mundo?, hoy habeis tenido la respuesta. Reconócete siempre y acéptate como el hijo de Dios que eres y vereis los resultados.
Una de las maneras como podeis comenzar desarrollando vuestra vida interior es autoobservándote para que comenceis a conocerte a ti mismo y podais hacer las correcciones que creais que debeis hacer en vuestro sentir, es a través de vuestro autocontrol donde hallareis vuestra santificación porque sólo aquello que se corrige llega a la perfección y la santidad, es sinónimo de perfección.
Hermano mío vuestra vida interior es tu verdadero tesoro no busqueis
los tesoros fuera de vuestra vida interior, porque estos son fatuos, fútiles y
efímeros, buscad en vuestra vida interior y hallareis los tesoros que os
darán la felicidad y la riqueza que nada ni nadie os podrá quitar.
Si alguna vez disponeis de un momento de vuestra vida para pensar en estas humildes y sencillas sugerencias, y que a la vez son las verdades más reales, hazlo y practícalo y entonces vereis el amor de vuestro Padre arrullándoos y manifestándose en vuestra vida.
A través de estas sencillas palabras os invito a que inicieis una nueva vida, una vida llena de amor, paz, luz, prosperidad, felicidad y todo lo que vuestro Padre tiene para daros como reflejo de su amor.
Comienza hoy el cambio en vuestra vida, mira y observa con los ojos espirituales y observa vuestra alma únicamente tú podrás saber qué siente, qué experimenta y qué desea.
Todo aquello que observes y lo cual estimas que se puede mejorar, hazlo, es vuestra liberación de aquello que empaña la luz de tu alma. Cambia aquello que te deprime y busca en tu interior la semblanza luminosa del Dios Padre en ti y pídele de todo corazón que te ayude a cambiar aquello que trae a vuestra vida tristeza y aflicción. Observa tus sentimientos, descúbrelos que salgan a la luz, por muy escondidos que estén, para que puedas verlos tal como son y no te sigan engañando, una vez que los habeis ubicado consume la imperfección en ellos y sólo el amor sea el fundamento de cada uno de ellos.
Observa tus pensamientos y detente a mirar qué piensas y cuando a vuestra mente asomen pensamientos inarmónicos que traigan a vuestra vida desasosiego en cualquier manifestación, cámbialo inmediatamente por otro que os traiga paz, alegría, amor. Ciérrate a todo pensamiento negativo y consúmelo en el sagrado fuego que arde en vuestro corazón.
Tus acciones amado mío, son el resultado de vuestros pensamientos y vuestros sentimientos. Cuando actuais simplemente estais ejecutando, poniendo en acción lo que pensasteis y lo que sentisteis, es decir, vuestros actos manifiestan tangiblemente, vuestros pensamientos y sentimientos, por ello, debeis pensar bien y sentir bien para que vuestras acciones sean buenas, amorosas y alabanzas a Dios.
Si alguna vez disponeis de un momento de vuestra vida para pensar en estas humildes y sencillas sugerencias, y que a la vez son las verdades más reales, hazlo y practícalo y entonces vereis el amor de vuestro Padre arrullándoos y manifestándose en vuestra vida.
A través de estas sencillas palabras os invito a que inicieis una nueva vida, una vida llena de amor, paz, luz, prosperidad, felicidad y todo lo que vuestro Padre tiene para daros como reflejo de su amor.
Comienza hoy el cambio en vuestra vida, mira y observa con los ojos espirituales y observa vuestra alma únicamente tú podrás saber qué siente, qué experimenta y qué desea.
Todo aquello que observes y lo cual estimas que se puede mejorar, hazlo, es vuestra liberación de aquello que empaña la luz de tu alma. Cambia aquello que te deprime y busca en tu interior la semblanza luminosa del Dios Padre en ti y pídele de todo corazón que te ayude a cambiar aquello que trae a vuestra vida tristeza y aflicción. Observa tus sentimientos, descúbrelos que salgan a la luz, por muy escondidos que estén, para que puedas verlos tal como son y no te sigan engañando, una vez que los habeis ubicado consume la imperfección en ellos y sólo el amor sea el fundamento de cada uno de ellos.
Observa tus pensamientos y detente a mirar qué piensas y cuando a vuestra mente asomen pensamientos inarmónicos que traigan a vuestra vida desasosiego en cualquier manifestación, cámbialo inmediatamente por otro que os traiga paz, alegría, amor. Ciérrate a todo pensamiento negativo y consúmelo en el sagrado fuego que arde en vuestro corazón.
Tus acciones amado mío, son el resultado de vuestros pensamientos y vuestros sentimientos. Cuando actuais simplemente estais ejecutando, poniendo en acción lo que pensasteis y lo que sentisteis, es decir, vuestros actos manifiestan tangiblemente, vuestros pensamientos y sentimientos, por ello, debeis pensar bien y sentir bien para que vuestras acciones sean buenas, amorosas y alabanzas a Dios.
Además, debeis recordar que toda acción trae una re-acción, o sea la sagrada e infalible ley del karma está en vuestro poder el manejarla correcta o incorrectamente, con esto os digo que toda acción es karmática. Estad siempre alerta, en guardia y así os auguro que entrar al reino de los cielos.
Ahora veis, amados míos, cuan importante es vuestra vida interior y habeis comprendido que vuestra vida interior está formada por lo que pensais, sentís, decís y actuais, por ello hermanos míos, os exhorto a que os sumerjais en ella y busqueis allí la belleza y la dulzura de la vida misma.
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