Por Claudia Cuesta
Los seres humanos somos seres multidimensionales, es
decir, vivimos al mismo tiempo en distintas dimensiones de realidad, una de
ellas, con la que estamos más familiarizados, es la tercera dimensión que todos
conocemos tan bien.
Las dimensiones no son otra cosa que distintos
niveles de realidad, y la realidad está conformada por distintos niveles de
energía y consciencia. Conforme nos movemos hacia arriba en la escala de
las dimensiones, la energía que forma esa realidad vibra a una frecuencia
diferente, entre más
rápido vibre la frecuencia de una realidad, más sutil o etérea se
vuelve, así, la tercera dimensión es la más densa; en esta realidad, las
partículas del átomo giran a 9/10 de la velocidad de la luz, creando la ilusión
de la materia.
En otras dimensiones superiores, las partículas giran a mayores
velocidades, por lo tanto no existe una materia tan densa como en la tercera
dimensión.
Lo mismo sucede con la conciencia, a mayor nivel
de dimensión, más alto es el nivel de conciencia que encontramos. La conciencia
podría explicarse como el nivel de percepción de la realidad en donde nos
encontramos, entre más densa es la realidad, por
su frecuencia vibratoria, menor es nuestra percepción de nuestra realidad y de
las demás realidades que existen.
Si el ser humano es un ser multidimensional, significa que partes
de nosotros están viviendo en esta dimensión que conocemos y partes de nosotros
están existiendo en otras dimensiones y realidades, pero todo está sucediendo
al mismo tiempo, en este instante.
Si existen partes de nosotros que están viviendo en
dimensiones superiores, podemos deducir que estas partes están vibrando en
frecuencias superiores y también tienen niveles de conciencia más elevados.
Nuestro Ser Superior no es otra cosa más que el
conjunto de esas partes de nosotros que están habitando frecuencias de energía
y de conciencia superiores.
Nuestro Ser Superior somos nosotros mismos
experimentando otras realidades.
Cuando encarnamos en esta tercera dimensión pasamos por
algo que se conoce como “el velo del olvido” una de las cosas que olvidamos es
precisamente que existimos en distintos planos de realidad y que por lo tanto
podemos conectarnos con todas nuestras partes.
En este momento de la historia de nuestro planeta, este
“velo del olvido” se está haciendo cada vez más delgado y nos está dando la
oportunidad de recordar la totalidad de todo lo que somos y de interactuar con
más partes de nuestro propio ser.
Nuestro Ser Superior ya se encuentra en contacto con
nosotros en este momento, no es algo que tenemos que aprender a hacer, porque
es algo que está sucediendo para todos y cada uno de los seres humanos. El Ser
Superior podría ser comparado con nuestro concepto de “la intuición”, que todos
experimentamos en mayor o menor grado en nuestras vidas, algunos suelen hacerle
caso y otros no, pero está allí, siempre esperando comunicarse con nosotros a
través de cualquier mensaje sutil que podamos captar.
Si el Ser Superior ya se encuentra comunicándose con
nosotros ¿por qué no nos damos cuenta? Porque hemos aprendido que lo único que
existe o que es real es lo que pueden captar nuestros cinco sentidos físicos y
muchas veces sentimos que lo único que somos es este cuerpo físico dentro de
esta realidad de la tercera dimensión. Por lo tanto, el obstáculo más grande
que tiene nuestro Ser Superior son nuestras propias creencias sobre la realidad
que habitamos.
Para establecer una comunicación más estrecha con este
otro aspecto de nuestro ser, tenemos que comenzar a cambiar nuestra percepción
y nuestras creencias sobre lo que somos y como todo, comenzar a practicar.
No es necesario estar días y horas meditando para alcanzar esta
comunicación, solo se requiere de nuestra intención, de nuestra constancia y de
nuestra confianza.
Aunque nuestro Ser Superior somos nosotros mismos,
nuestra mente racional y nuestro sistema de creencias encuentran muy difícil
entender este concepto, por lo que en un principio tendemos a considerarlo como
un aspecto separado de nuestro ser, lo vemos tal vez como un ángel luminoso, o
podemos incluso identificarlo con algún maestro ascendido o guía, eso no es
importante, la forma no es importante mientras se tenga claro el fondo o la
meta.
Cuando alcanzamos este nivel de comunicación con nuestro Ser
Superior, tenemos la ventaja de tener acceso a otros niveles de conciencia en
donde se encuentra, puede darnos una visión mucho más amplia de las cosas y
puede guiarnos por caminos más fáciles.
Es como si estuviéramos en un tupido bosque y no conociéramos la
ruta para llegar al próximo poblado y nuestro Ser Superior fuera un águila que
desde arriba puede ver todo el panorama, sabe guiarnos para evitar un pantano,
un animal salvaje, un barranco, un río y puede conducirnos por el sendero más
fácil y más corto para llegar a nuestro destino.
Podemos comenzar a practicar esta comunicación con
nuestro Ser Superior de forma muy sencilla:
Lo primero que tenemos que hacer es establecer la
intención de estrechar esta comunicación.
Después tenemos que comenzar a poner atención a nuestro
alrededor en formas en las que no estamos acostumbrados. Al principio esta
comunicación es muy sutil, los mensajes no son tan claros y tan tangibles como
todos quisiéramos, pero van haciéndose más y más obvios conforme vamos
practicando.
Pide a tu Ser Superior que te ayude a mejorar la comunicación y
que te envíe mensajes que puedas captar y pon mucha atención… el mensaje puede
ser algo tan sutil como un anuncio espectacular en la calle, como una frase que
escuchas de pronto, el título de un libro, un artículo que llega a tus manos,
un sueño, una canción que escuchas en la radio, una pluma que cae del cielo, en
fin… pueden ser miles de cosas.
Puedes hacer un diario y comenzar por anotar lo que tú
consideras que fue un mensaje de tu Ser Superior, pronto comenzarás a darte
cuenta como todo encaja como un rompecabezas.
Puedes también hacerle una pregunta antes de ir a
dormir y pedirle que te de la respuesta durante tu sueño, ten tu diario a la
mano y anota tu sueño justo al despertar, antes de hacer ninguna otra cosa.
Otra forma muy útil de establecer esta comunicación es
a través de un oráculo, existen cientos de tipos de oráculos, pueden ser
cartitas de los ángeles, un tarot, runas, i-ching, cartas medicinales, puedes
incluso inventar tu propio oráculo para comunicarte con tu Ser Superior.
Conforme empiezas a practicar esta comunicación de esta
forma sencilla, muy pronto te darás cuenta de cómo se va facilitando, volviendo
más clara, más constante y más tangible.
La meta es poder llegar a fundirte con tu Ser Superior, es
encarnar en tu cuerpo físico ese nivel de vibración y de conciencia para
manifestarlo dentro de este plano tridimensional. Pero tengo que resaltar aquí
la importancia de hacer una profunda limpieza y curación emocional. No podemos
integrar en nuestro cuerpo niveles superiores de frecuencia y de conciencia, si
no hemos limpiado antes nuestro ser inferior. Tu comunicación con tu Ser
Superior puede llegar a ser maravillosa, pero sin la limpieza de tus tres
primeros chakras, no serás capaz de integrar a tu Ser Superior para fundirte
con esta parte de ti como un solo ser.
Solo a través de una profunda e intensa limpieza y
curación emocional, podremos alcanzar niveles superiores de vibración y
conciencia, no existe otro camino ni ninguna otra fórmula, es algo totalmente
indispensable.
Nuestro ser inferior no es otra cosa más que nuestro
niño interno herido, al igual que nuestro Ser Superior, constituye una más de
nuestras partes que necesita ser integrada, hasta que no rescatemos, sanemos e
integremos esta parte de nosotros, no seremos capaces de fundirnos con la
totalidad de nuestro ser.
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