lunes, 11 de mayo de 2015

TU MISIÓN

Al comienzo de tu estadía sobre el planeta Tierra te convertiste en un ser humano.
Dejaste a un lado tu lazo con la conciencia de la cual te sentías parte antes de venir a la Tierra.
Este lazo aún existe. Puedes abrir tu percepción para sentir nuevamente esa conexión.
La Tierra está avanzando rápidamente hacia la conclusión de un experimento en dualidad. Tú formas parte de esa conclusión.
Te has manifestado sobre la Tierra en este tiempo para estar presente y contribuir a la conclusión del mal en el sistema humano.
Es una elección que hiciste hace eones cuando elegiste venir a la Tierra por primera vez.
No estarías leyendo esto a menos que formaras parte de la conciencia que eligió participar en la finalización de la dualidad.
Tu participación en el plan fue escrita hace mucho tiempo.
Ahora es el momento para que recuerdes tu misión.

Mientras colectivamente nos movemos hacia la conclusión del experimento de la dualidad, tú tienes algo para contribuir con tus hermanos y hermanas.

Puedes descubrir tu misión. Puedes recordar por qué elegiste originalmente venir a este planeta. Tú formas parte del plan. Has vivido muchas vidas sobre la Tierra, pero la Tierra no es tu lugar. Dejaste tu hogar cuando entraste en la forma física. Tu hogar está con Dios.

Muchos de ustedes tienen almacenados en vuestras memorias, recuerdos de experiencias en otros planetas, en otras dimensiones y en otras realidades diferentes a la realidad conocida por la mente humana.

Estas memorias crean en ustedes una conciencia profundamente enraizada de que la vida puede ser diferente. Que la vida puede ser alegre. Que la vida puede ser una celebración sin dolor, sin sufrimiento, sin miedo. Ustedes saben que las experiencias negativas que tú y otros sobre la Tierra tienen y han tenido, no son partes necesarias de la vida.

Ustedes conocen otra forma. Esa es parte de la frustración que sienten cuando escuchan del sufrimiento pasado y presente sobre vuestro planeta. Ustedes saben que es un agregado. Está impuesto sobre la Verdad. No es de la manera que puede ser.

Estás aquí para desplazar al planeta fuera de la creación del mal y del sufrimiento. Cada vez que tú, no importa cuán levemente, participas en crear sufrimiento para ti o para otro, sabes que has errado la meta. La palabra pecado en griego antiguo significaba errar el tiro o la meta. El pecado no es malo. Simplemente no es la Verdad. A lo largo de la historia se ha asociado el castigo al pecado. El castigo también yerra la marca. El castigo perpetúa el pecado. Ambos son iguales ya que no están basados en la Verdad. La alegría, el gozo, la celebración son la Verdad.

Tú eres todo lo que existe. Tú eres todo. Cada acto que realizas hacia o en contra de otro es un acto hacia o en contra tuyo. En algún nivel de tu percepción, tú sabes esto. Experimentas dolor cuando creas dolor. El dolor que experimentas es el conocimiento de que has errado la senda de la Verdad en tu acción o en tu pensamiento. Tú no estás separado de tus hermanos y hermanas ni de todas las demás formas de vida. Son tú, tanto como el cuerpo que habitas es tú. No hay nada en la creación que no sea tú.

Los diablos y demonios son tú tanto como los ángeles y los dioses son tú.

Todo es parte de la creación que nosotros colectivamente elaboramos o propusimos. Sin embargo, ha llegado el momento de que ciertos aspectos de esa creación desaparezcan, se disuelvan, se vuelvan sobre sí mismos y no dejen dualidad alguna. Ahora el mal puede replegarse en sí mismo y revelar la Verdad de que el dolor y el sufrimiento no son necesarios para experimentar a Dios. Dios es todo lo que existe. Tú eres parte de Dios y, al mismo tiempo, reflejas otras partes de Dios en el Ser Perfecto.

El mal fue creado por todos nosotros. El mal existe sobre la Tierra porque nosotros elegimos experimentar el sistema de la dualidad. La dualidad se basa en la premisa falsa de que existe algo fuera de ti. El mal está basado en la ilusión de la separación. En última instancia, no estás separado de nada o de nadie. Tú eres parte de todo lo que es. Estás conectado con todo lo que es. Cada vez que tienes un pensamiento que ve a otro como diferente a ti no como un reflejo de ti en una de tus muchas facetas perpetúas la ilusión de la separación. De la misma manera, cada vez que te relacionas con otro con Amor y compasión y te regocijas en su expresión única de Dios, creas Unidad, alcanzas la meta, materializas la experiencia de la Verdad.

Nosotros, colectivamente, en todas las dimensiones, elegimos originalmente separarnos del Uno, de la fuente de toda energía, para experimentarnos, para saber que somos Dios. Elegimos descubrir nuestra habilidad de crear. En ese proceso de descubrimiento creamos el experimento del bien y del mal. Creamos la dualidad. Hemos aprendido y experimentado todo lo necesario en ese experimento. La Tierra misma ha experimentado la gama del mal y del bien y está lista para concluir el experimento.

 Permitete comenzar a descorrer el velo de tu propia conciencia. Para muchos de ustedes la memoria de lo que era el lugar donde estaban antes de venir a la Tierra es tan dolorosa con respecto a vuestra experiencia sobre este planeta, que la han enterrado muy profundamente dentro de ustedes. Sin embargo, saben que en algún nivel muy escondido, tienen el conocimiento de que la experiencia de la vida puede ser muy diferente a la que está manifestándose en este momento sobre la Tierra, y ansían volver a casa. 

Para muchos de ustedes la experiencia de vuestra conexión personal con Dios es muy dolorosa porque está asociada a la sensación de haberlo perdido o abandonado. En ese caso, aparentemente prefieren no experimentar esa conexión aquí porque es muy tenue o débil, en comparación con vuestra experiencia previa, bien escondida.


Si has de participar en el fin de la dualidad en este planeta, es imperioso que redescubras tu conexión personal con el Ser. Tu conexión con el Ser es absoluta. Tú eres parte del Ser al mismo tiempo que eres un reflejo del Ser. Ese Ser se llama "DIOS", y es todo lo que existe. Un sistema de la dualidad con el que se experimenta es una parte del Ser. Es hora de que esa parte del Ser se complete. Tú estás aquí porque eres parte de esa conclusión

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