YO SOY DIOS
Puede que te estés
preguntando ¿Quién se cree que es este bobo diciendo “yo soy Dios”? Lo que quiero decir es
que tienes que aceptar la idea de que la Fuerza de Dios está en tu interior.
Obviamente, si la Fuerza de Dios
está en todos los sitios, debe estar dentro de tí. Pero la mayoría de la gente
no tiene ni idea de qué significa “Dios” o lo externalizan creando un Dios
fuera de sí mismos. Al usar el intelecto para comprender a Dios, proyectan la
idea en el exterior. Así, dicen: “Esta persona es Dios, esas ideas son Dios, el
dinero es Dios, el glamour es Dios”, o cualquier otra cosa.
La Fuerza de Dios está dentro.
Internaliza y acepta que está fluyendo a través de tí. Cuando percibes a Dios
como una fuerza fuera de tí, no puedes usar su energía apropiadamente. Una vez
que interiorices la fuerza y deje de ser un vago concepto intelectual, entonces
puedes avanzar hacia sentirla realmente dentro de tí. En este punto, un
asombroso poder de percepción y bondad penetrará en tu vida.
Hay un método guiado para este
viaje nuestro; no es tan improvisado como la mayoría piensa. Yo creo que el “tú
infinito”, que es la morada de más alta energía dentro de tu ser, tenía una
vision de lo que te iba a ocurrir en esta vida. No creo que vinieras aquí por
accidente, que simplemente te dejaras caer dentro de un pañal y pensaras: ¿Qué
diablos hago aquí?. Creo que tu evolución aquí en el plano terrestre es tan
poderosa y sagrada, tan espiritualmente dinámica y especial, que el infinito
dentro de tí tenía un plan.(……)
Tu primer punto de poder es
abrazar el concepto de “Yo soy Dios”. A primera vista, la idea parece egoísta.
Pero no estás acogiendo esta idea para hablar de ella, ni para mostrarla y
conseguir admiración por tus cualidades divinas. Estás interiorizando la idea
silenciosamente, aceptando que la fuerza de Dios está en tí como un sentimiento
espiritual. (……..)
Si acostumbrabas a tener un
concepto de Dios fuera de tí mismo, entonces invita a Dios a casa. Permitirlo
traerá un enorme poder a tu corazón. Incluso puede que no lo sientas aún, pero
por lo menos puedes imaginarlo, visualizarlo ahí.
Esta idea no trasciende ninguna
fe. Puedes aún ser un buen cristiano y creer en Jesucristo y a la vez en una
energía crística en tu interior, más que fuera de tí. Un concepto intelectual
de Dios fuera de tí te merma poder, porque lo que estás diciendo es, “No tengo
poder sobre mi destino”. Esto significa que no cres que puedas crear energía y
hacer diferencias. No puedes entrar en acción y orientar y cambiar tu destino.
No puedes creer en prosperidad, actuar enérgica y sabiamente, y conseguir más
dinero…
El segundo movimiento en este
proceso es respetar el punto de evolución en que te encuentras, lo que
significa aceptar el lugar en que estás. Luchar contra las circunstancias o
quejarse de ellas, diciendo que no eres tan privilegiado como los demás, disgustarte
porque no tienes toda la fuerza física o el conocimiento que necesitarías, todo
eso es un malgasto de energía y una falta de respeto a tu yo espiritual, es
algo sin propósito, autoindulgente y débil.
Si te vas a convertir en un
guerrero espiritual y a honrar la fuerza divina en tí, estarás de acuerdo en
aceptar las circunstancias tal y como te las encuentras, recordando por
supuesto, que casi todo puede mejorarse y que las cosas cambian. Lo que no puedas
cambiar, probablemente no necesitas cambiarlo. Puedes simplemente ir más allá
de preocuparte por ello.
Dí “el infinito dentro de mí, esa
parte mía que es Dios, ama y respeta esta evolución humana mía. ama y respeta
donde me encuentro y mis actuales circunstancias, así que yo haré lo mismo,
incluso si mis circunstancias no son las mejores. Todo esto es parte de mi
evolución. Puedo trascenderlo e ir más allá.”(……)
Si estás rodeado de un grupo de
gente negativa y desagradable, a veces llamados parientes, o quizás amigos, o
compañeros de trabajo, o lo que quiera que sean, mejor que luchar contra esa
fealdad alrededor de tí y verla como una desgracia, ámala. Mira a la gente, al
trabajo, a tus circunstancias, la familia, la tribu, tu casa, y dí, “Gracias ,
Dios, gracias por enviarme estos maestros. Ellos me están volviendo loco, me
están enseñando a no reaccionar. Me fortalecen enseñándome a transmutar las
energías negativas en positivas. Usando a estas gentes, convertiré mi enfado,
odio y reacción en , por lo menos, una energía neutral, de pasividad o, si me
es posible, en amor. Estos gilipollas son mis venerados maestros. Estoy
agradecido a Dios por enviarme tantos gilipollas. Gracias por permitirme estar
en este plano terrestre. ¡qué experiencia tan increíble. Es fantástico, y casi
gratis, estoy rodeado por 55 gilipollas que están enseñándome un montón acerca
de mí mismo!!.
Si quieres reclamar tu infinito
poder querrás ir más allá de las rígidas definiciones del ego. Y, afrontémoslo,
el ego es autoindulgente, ¿verdad?. quiere que todo sea perfecto, quiere que
seas reconocido, que la vida esté garantizada, quiere que todo sea confortable,
que le paguen más de lo que cvale. quiere un montón de cosas que no son
razonables. Para ser libre y activar el Infinito Ser en tí, tiene que estar de
acuerdo con abandonar el dogma del ego por un punto de vista más fluido y
abierto. De otro modo, estarás perpetuamente atascado en la agonía del ego.
Lo primero es, al menos, tomar
una posición neutral, dándose cuenta de que las circunstancias no son ni buenas
ni malas. La gente que te vuelve loco no son ni buenos ni malos. Tus
circunstancias puede que no sean confortables pero no son ni buenas ni malas.
Sólamente SON. Incluso si fueran desagradables, desde la definición del Ser
Infinito, todo es parte de tu aprendizaje, de tu desafío. Es parte de estar
aquí.(……)
Segundo, tienes que aceptar que
eres tú el que crea la mayor arte de tu realidad y tu destino. O.K., parte de
tu destino fue preescrito cuando viniste aquí, en tu código genético y herencia
tribal, y luego modelado por tu educación. Pero la mayoría de ello puede ser
cambiado, adaptado y modificado para mejor. Así que interiorizando la fuerza de
dios, empiezas a entender que puedes manifestarla fuera, que puedes dirigir la
fuerza del espíritu en la dirección que quieras, para cambiar tu vida para
mejor.
Se te ha dado el poder. No está
en ningún otro lugar, en la cima de una montaña, en un edificio, o en un
pequeño cojín. Está aquí, en tu corazón. Y no eres una personita sin poder ni
voluntad ni capacidad. Una vez que la fuerza de Dios está en tí, y puedes
aceptar el infinito dentro, tu poder crece. Sino tendrías que confiar sólo en
el poder de tu intelecto y en las percepciones del mundo del ego, y tendrías
que competir con otras mentes y egos en el mercado de la vida. Una triste
manera de vivir.
Eres la fuerza de Dios dentro de
tí. Afírmalo varias veces al día. Dí, “Soy la fuerza de Dios en mí. Puede que
aún no la sienta, pero mientras la imagino”. Este es el primer paso para
reclamar tu poder.