Arcangel Sandalfon.
Queridos Corazones:
Cuán profundamente es amado cada uno de
ustedes. Inclusive en días en que se comportan de lo peor, Dios sigue
estando allí, a su lado, iluminando su senda para que ustedes la sigan.
Aunque saben que son amados y que nunca están solos de verdad, a menudo se
ponen a sí mismos como jueces y como críticos, no sólo de sí mismos sino de
todos los demás. Simplemente por el modo en que se presenta una persona, ¿surgen acaso pensamientos concernientes a su ropa, su
pelo, su limpieza, su lenguaje corporal o cualquier otra cosa que se fije en su
mente? Ustedes se la pasan siempre evaluando a otros
según su apariencia, determinando si son buenos o malos, si son agradables o
merecedores de ser menospreciados. Mediante sus juicios de otros ustedes
deciden quién es merecedor en su vida y quién no. Este tipo de práctica
es muy similar a cuando un animal de granja es subastado. A partir de
todos los juicios realizados en su ocupada mente, es entendible entonces cómo
son capaces de calumniar con facilidad a otro querido ser basándose totalmente
en su apariencia, sin intentar descubrir la persona detrás de esa apariencia.
Traten de recordar siempre que la gente es más de lo que aparenta.
Hay una cierta actitud moral que es obvia en
la gente que elige juzgar a otros, y esta actitud tiene la habilidad de afectar
a aquellos a los que juzgan y etiquetan. Lo que están haciendo en
realidad cuando juzgan a otro es buscar a propósito faltas. ¿Es necesario esto? ¿acaso es su ego tan grande que necesitan buscar faltas en otro
querido ser, aunque esa falta sea superimpuesta por su imaginación? Cada
vez que se encuentren a sí mismos cayendo en este hábito negativo actúan de un
modo que no representa la bondad y pureza de su corazón.
¿Es necesario juzgar a la
gente todo el tiempo?
Bueno, Queridos Corazones, eso depende realmente de la situación, ¿no es
eso? Si están a punto de realizar una gran compra, o de cerrar un trato
de negocios, necesitan estudiar todas las posibilidades antes de comprometerse
legalmente. Tampoco van a caminar por un callejón oscuro por la noche por
precaución y seguridad. Hay otras situaciones tales como éstas que
requieren de su habilidad para discernir, pero no tienen necesariamente que
encontrar alguna falla en cada situación. Lo que se necesita definitivamente,
Queridos Corazones, es mejorar su percepción, volviéndose más discriminadores
al tiempo que respetan a quienes están en su compañía y a sí mismos.
Cuando participan en encontrar faltas en otros ustedes hacen un
juicio de valor que es más negativo que positivo. Cada vez que buscan
fallas están determinando la valía de una persona. y esto se reduce a cuánto
les desagrada, la desaprueban, o a su inhabilidad para relacionarse con
ella. Cuando eligen discriminar discerniendo, lo que sucede es que están
usando alguna sabiduría del corazón y viendo justo a la persona tal y como es.
. . ni más ni menos. Ustedes no necesitan juzgar ni discriminar ni
encontrar faltas en la mayoría de la gente con la que se encuentran a
diario. A menudo lo que se necesita es dejar ir el hábito de encontrar
faltas en otras personas a fin de descubrir que ellas tienen también una luz
interna que hacer brillar. Cuando son capaces de aceptar a una persona
por quien ella es, sin importar su apariencia, entonces abren una puerta de un
gozo increíble que se encuentra simplemente estando con otra gente sin la
negatividad de los juicios, suposiciones, devaluaciones o
deshumanizaciones. Aceptando a la gente a primera vista sin crear
una carga en su senda causada cuando juzgan es un acto hermoso y divino que
cada uno de ustedes puede emplear y mejorar.
Sabemos que ustedes son duros para consigo
mismos y se encuentran fácilmente faltas. ¿Cuántas
veces han saboteado algo en sus vidas por temor o pensando que no eran lo
suficientemente buenos o no estaban haciendo algo correctamente? Nadie los fuerza a sentirse de algún modo en ninguna
situación. Hay instancias en las que se espera de ustedes que lloren,
sientan pena o se sientan irritados; posiblemente un ser querido ha muerto, o
tal vez estén pasando por un divorcio, sus hijos se han mudado a otro país o
muy lejos donde no será posible visitarlos frecuentemente. Es normal
tener sentimientos y juzgar qué es lo mejor durante dichos eventos, pero ¿han considerado cómo sería si pudieran aceptarse a sí
mismos tal y como son y estar contentos totalmente con esta persona? ¿y
cómo se sentirían si renunciaran a juzgar, a compadecerse de sí mismos o
inclusive a juzgarse a sí mismos?
Vean cuánta energía tendrían si lo hicieran. ¿Se dan cuenta de que cuando encuentras faltas en sí
mismos se separan de su verdadera y más profunda naturaleza? Esto sucede también cuando eligen encontrar fallas en otros y
juzgarlos, y esto no los acerca sino que crea una brecha mayor.
Ustedes se distraen en las acciones negativas en las que toman
parte, desde el odio de sí mismos hasta el etiquetar a quienes están a su
alrededor, sin importar si son desconocidos o gente que conocen. Cuando
aceptan su situación por lo que es, aceptan también a la gente que está
presente y a ustedes mismos, mantienen el respeto y valoran quiénes son ustedes
como personas y quién es la otra persona como su propio yo individual.
Pueden traer un enfoque discriminatorio objetivo a cualquier situación,
transformándola ante ustedes y ayudándolos a determinar cuáles mejoras
necesitan implementarse, y observen entonces a su vida mejorar.
Queridos Corazones, los estamos alentando a
que sean simplemente y se relajen en presencia de otros. Refrénense de
encontrar faltas porque esto no trae nada positivo y no eleva el ánimo.
No necesitan criticar internamente ni criticar a cada persona que pasa a su
lado. Lo
que necesitan hacer es aceptar quiénes son ustedes y aceptar quiénes son ellos,
y eso es suficiente.
Y así es
SOY el Arcángel Sandalfon…
…via Julie Miller
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