Ayudar a los seres queridos es algo que todos queremos. Pero es
posible que las buenas intenciones se vuelvan contra nosotros y contra ellos,
al ser inútiles y disfuncionales. A veces nuestro estado emocional nos impide
ser objetivos con los familiares, y ello nos lleva a saltarnos los limites del
sentido común. Para rectificar estas situaciones debemos hacernos un claro mapa
con los reales límites que debes marcar en tu territorio interno para
evitar el chantaje emocional y que abusen de ti “haciéndote sentir culpable”. A
continuación te doy 8 señales de que te estas implicando demasiado, para que te
sirvan de alerta, ya que te ayudarán a saber cuando te estás implicando
demasiado:
1. Es cada vez más evidente que tu ayuda fomenta codependencia,
irresponsabilidad, incompetencia o mal carácter
A veces tenemos que enfrentarnos al hecho de que nuestras buenas
intenciones han ido mal. Esto es obvio cuando continuamente ayudas a la misma
persona, incluso si gastas tus propios recursos. Una ayuda saludable promueve
el crecimiento de los demás, la independencia y el desarrollo de su potencial.
Usa tus energías y recursos para ayudar a la gente y causas que verdaderamente
se beneficiarán.
2. La otra persona ha violado numerosos acuerdos, siempre pide
ayuda y no ha utilizado la ayuda para hacer lo prometido
Es hora de dejar de creerles y dar oportunidades a quienes han
demostrado no valorarlas. Al menos hasta que tengas pruebas sólidas de que está
listo para usar tu ayuda para avanzar en su vida, no deberías ayudarle más.
Continuar solo hará que esa persona siga fallando y tú te sentirás enojado y
resentido.
3. Tu ayuda provoca que la otra persona se estanque en su vida
diaria y habilidades profesionales
Puedes ser muy útil al crear procesos que faciliten el avance de
tus amigos en ciertos aspectos. Pero si esta ayuda es desmedida, los condenas a
no aprender a desarrollar sus capacidades. Además evitas que desarrollen nuevas
habilidades y que descubra o explore todas sus capacidades. Esto también aplica
a los padres sobreprotectores que evitan cualquier fracaso a sus hijos. El
fracaso es vital para crecer.
4. Para ayudar debes cometer un acto deshonesto o comprometer tu
integridad
Engañar a otros para ayudar a un amigo o decir mentiras por él son
dos ejemplos de actos poco sanos. No puedes ayudar a alguien si eso te hará
decepcionar a otros, guardar secretos muy graves o faltar a tu código moral. Lo
peor es que si continúas podrías encontrarte bajo una bola de mentiras que en
verdad te afecten.
5. Te sientes manipulado para ayudar
A veces resulta tan obvia la manipulación que realmente nos sentimos incómodos.
Pero si eres una persona que se siente culpable de decir no, podrías no hacer
caso a ese instinto, ya que seria otra de las 8 señales de que te estas
implicando demasiado. Solo recuerda que la manipulación es el signo de que
alguien busca sacar ventaja de ti. Analiza la situación y si de verdad te
incomoda dar esa ayuda, evítalo.
6. Ya se ha vuelto imposible seguir prestando ayuda
El límite de la ayuda es ese punto en el que comienzas a
sacrificar tu salud física o mental, tu bienestar económico o faltas a tus
principios. A veces es necesario evitar ayudar cuando realmente no tienes nada
que aportar sin ponerte en riesgo. Solo puedes ayudar si tú estás bien.
7. Tus relaciones se deterioran o simplemente se ven dañadas
irremediablemente
La ayuda que des a los demás también te hace crecer y mejorar en
tus relaciones. Si estas comienzan a verse afectadas con fraudes, conflictos,
sentimientos de obligación o resentimiento son un problema, esta es una de las
8 señales de que te estas implicando demasiado.
Puede bastar con alejarte un poco para ver la situación desde otra
perspectiva. En el peor de los casos, la relación puede estar fracturada en su
totalidad. Si esto pasa, pocas veces has algo que hacer pero al menos te habrá
quedado la experiencia.
8. Tu ayuda evita que la otra persona esté sana
Por mucho que seas una persona optimista, hay que aprender a
admitir cuando alguien tiene problemas o sus desafíos te sobrepasan y
requieren ayuda de un profesional. Retirar la ayuda puede ayudar a que la otra
persona se haga con el control y enfrente su situación, esta es otra de 8
señales de que te estas implicando demasiado. Tu ayuda será más útil si logras
que la otra persona conecte con los recursos profesionales adecuados. Estos
pueden ser un tratamiento, hacer ejercicio, llevar una dieta sana, etc.
Crecemos en una sociedad donde nos enseñan que dar nos hace buenos
ante los demás. Pero pocas veces nos enseñan a poner límites y crecemos sin
hacerlo. Estos límites son los que nos hacen sentir más seguros y garantizan
que al dar no nos perdamos.
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Evolución
consciente.org
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