viernes, 3 de abril de 2015

RECOMENDACIÓNES DE JESUS ANTES DE PARTIR

Después de haber debatido el discurso de despedida y de haber empezado a asimilarlo, Jesús llamó de nuevo a los apóstoles al orden y empezó a impartirles sus últimas recomendaciones y advertencias.

Cuando los once se hubieron sentado, Jesús se levantó y les dirigió la palabra:

“Mientras que esté con vosotros en la carne, sólo puedo ser una persona en medio de vosotros o en el mundo entero. Pero cuando haya sido liberado de esta envoltura de naturaleza mortal, podré regresar como habitante espiritual a cada uno de vosotros y de todos los demás creyentes en este evangelio del reino. De esta manera, el Hijo del Hombre se volverá una encarnación espiritual en el alma de todos los verdaderos creyentes.

“Cuando haya regresado para vivir en vosotros y trabajar a través de vosotros, podré continuar conduciéndoos mejor por esta vida y guiaros a través de las muchas moradas en la vida futura en el cielo de los cielos. La vida en la creación eterna del Padre no es un descanso sin fin en la ociosidad y un reposo egoísta, sino más bien una progresión contínua en la gracia, la verdad y la gloria. Cada una de las muchísimas estaciones en la casa de mi Padre es una parada, una vida destinada a prepararos para la siguiente. Los hijos de la luz continuarán así de gloria en gloria hasta que alcancen el estado divino en el que estarán perfeccionados espiritualmente como el Padre es perfecto en todas las cosas.

“Si queréis seguir mis pasos cuando os haya dejado, esforzaos seriamente por vivir de acuerdo con el espíritu de mis enseñanzas y el ideal de mi vida —hacer la voluntad de mi Padre. Haced esto, en lugar de intentar imitar mi vida sencilla en la carne tal como me he visto obligado a vivirla, necesariamente, en este mundo.

“El Padre me ha enviado a este mundo, pero sólo unos pocos de vosotros habéis escogido recibirme plenamente. Derramaré mi espíritu sobre todo el género humano, pero no todos los hombres escogerán recibir a este nuevo instructor como guía y consejero del alma. Pero todos los que lo reciban serán iluminados, purificados y confortados. Y este Espíritu de la Verdad se transformará en ellos en una fuente de agua viva que brotará hasta en la vida eterna.

“Y ahora que estoy a punto de dejaros, quisiera decir unas palabras de consuelo. Os dejo la paz; mi paz os doy. Os concedo estos dones, no como los ofrece el mundo —por medidas— sino que doy a cada uno de vosotros todo lo que quiera recibir. Que vuestro corazón no se perturbe ni sienta temor. Yo he vencido al mundo, y en mí todos triunfaréis por la fe. Os he advertido que el Hijo del Hombre será ejecutado, pero os aseguro que volveré antes de ir hacia el Padre, aunque sólo sea por poco tiempo. Y después de haber ascendido hasta el Padre, enviaré con seguridad al nuevo instructor para que esté con vosotros y resida en vuestro propio corazón. Cuando veáis que sucede todo esto, no os desalentéis, sino más bien creed, puesto que lo sabíais todo de antemano. Os he amado con un gran afecto y no quisiera dejaros, pero esa es la voluntad del Padre. Mi hora ha llegado.

“No dudéis de ninguna de estas verdades, incluso cuando estéis dispersos por las persecuciones y abatidos por numerosas tristezas. Cuando os sintáis solos en el mundo, yo conoceré vuestra soledad, al igual que vosotros conoceréis la mía cuando estéis dispersos cada uno por su lado, dejando al Hijo del Hombre en manos de sus enemigos. Pero nunca estoy solo; el Padre siempre está conmigo. Incluso en esos momentos rezaré por vosotros. Os he contado todas estas cosas para que podáis tener la paz y tenerla más abundantemente. Tendréis tribulaciones en este mundo, pero tened buen ánimo; he triunfado en el mundo y os he mostrado el camino de la alegría eterna y del servicio perpétuo.”


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