Se define a Gaia como,
"...Una entidad compleja que implica la biosfera
de la Tierra, la atmósfera, los océanos y el suelo. La totalidad constituyendo
un sistema de retroalimentación o cibernético que busca un entorno físico y
químico óptimo para la vida en este planeta"
A través de Gaia, la Tierra sufre una especie de homeostasis, el mantenimiento de
las condiciones relativamente constantes.
El componente verdaderamente sorprendente de la hipótesis
Gaia es la idea de que la Tierra es una sola
entidad viviente.
Al cambiar el clima, el planeta se llena de vida. La Tierra parece respirar cuando
la capa de hielo crece y se derrite, dentro y fuera, dentro y fuera.
La Tierra
actúa como un único sistema:
Es un
coherente, autorregulado, conjunto de fuerzas biológicas físicas, químicas,
geológicas, que interactúan para mantener un todo unificado equilibrado entre
la entrada de la energía del sol y el disipador térmico de la energía en el
espacio.
En su
configuración más básica, la Tierra actúa para regular los flujos de energía y
el reciclaje de materiales.
La entrada de la energía del sol se produce a una velocidad
constante y para todos los fines prácticos es ilimitado. Esta energía es capturada por la
Tierra como procesos de calor o fotosintéticos, y regresa al espacio en forma
de radiación de onda larga.
Por otra
parte, la masa de la Tierra, sus posesiones materiales, son limitadas (excepto
por la entrada ocasional de masas, proporcionada en forma de meteoros golpeando
el planeta).
Así, mientras la energía fluye a través de la Tierra (Sol a la
Tierra al espacio), la materia hace ciclos dentro de la Tierra. La idea de la Tierra actuando como un
sistema único como poniendo adelante la hipótesis de Gaia ha estimulado una
nueva conciencia de la conexión de todas las cosas en nuestro planeta y el
impacto que tiene el hombre en los procesos globales.
Ya no podemos pensar en componentes o partes de la Tierra separadas
como distintas. Ya no
podemos pensar en las acciones del hombre en una parte del planeta como
independientes.
Todo lo que sucede en el planeta - la deforestación/reforestación de
árboles, el aumento/disminución de las emisiones de dióxido de carbono, la
eliminación o la siembra de las tierras de cultivo - todos tienen un efecto en
nuestro planeta. La parte
más difícil de esta idea es cómo calificar estos efectos, es decir, para
determinar si estos efectos son positivos o negativos.
Si la Tierra es, en efecto autorreguladora, entonces se ajustará a
los impactos del hombre.
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