sábado, 25 de abril de 2015

HABITANTES DEL MUNDO ASTRAL

 Hay espíritus habitando en cada una de las  franjas vibratorias del mundo astral, también han creado a partir de los elementos naturales su propia civilización.
A medida que el espíritu evoluciona, es decir, se va desprendiendo del egoísmo y se vuelve más amoroso, su actuación en el amor le hace aumentar su frecuencia vibratoria, lo cual le permite ascender hacia los planos vibratorios que están de acuerdo con su nuevo nivel evolutivo.

Conforme esta ley de correspondencia vibratoria, los espíritus más avanzados, que tienen naturaleza más sutil, habitan en las regiones vibratorias más sutiles y más alejadas de la superficie terrestre, mientras que a medida que descendemos hacia capas progresivamente más densas, iremos encontrando comunidades de espíritus menos avanzados, cuya naturaleza es más densa.

Como consecuencia de esto, la civilización es más perfecta y avanzada en lo moral y en lo técnico en las capas más sutiles que en las más densas. Aunque se trate de una división puramente arbitraria, podemos agrupar estos distintos niveles vibratorios en astral inferior, medio y superior, según se aumenta en vibración o se disminuye en densidad.

Los espíritus del astral superior tienen ya muy claro cuál es el destino del espíritu y están en fase de evolución consciente. Centran toda su voluntad y esfuerzo en avanzar espiritualmente y en ayudar a avanzar a los espíritus que están menos evolucionados, aunque estos muchas veces no son conscientes de la ayuda que reciben. Y en eso, básicamente, ocupan su tiempo.

En el astral inferior se encuentran los espíritus menos evolucionados espiritualmente, que pueden ser tanto aquellos espíritus todavía jóvenes, en estado primitivo de evolución, como aquellos que a pesar de haber vivido muchas vidas y de haber desarrollado su inteligencia, todavía no han desarrollado sus sentimientos.

En el astral medio encontraremos los espíritus con un grado de avance intermedio. Es ahí donde van a parar la mayoría de espíritus encarnados de la Tierra después de desencarnar, aunque para llegar hasta aquí muchos hayan pasado algunas etapas más o menos prolongadas en el astral inferior, por haber quedado retenidos temporalmente debido a sus acciones contra la ley del amor, realizadas mientras estaban encarnados.

Realmente todos los espíritus que han alcanzado el astral superior estuvieron en el pasado en el astral inferior y pasaron por el astral medio. Y si llegaron hasta ahí fue porque por méritos propios fueron progresando espiritualmente en el amor, aumentando así su nivel vibratorio y haciéndose dignos de habitar las regiones que actualmente ocupan. Y todos los espíritus del astral inferior, cuando evolucionen lo suficiente, habitarán un día en regiones astralinas superiores, porque forma parte del proceso de evolución espiritual. Por tanto, no hay lugares creados expresamente para servir de mazmorras, ni el sufrimiento que puede experimentar un ser por estar en el astral inferior dura eternamente.

No todos los habitantes del astral inferior son necesariamente “malos” ni todos “sufren”. También el término “malo” es inexacto. Sería mejor llamarlos espíritus rezagados, que han avanzado sólo en inteligencia, pero poco en amor.

También habitan el astral inferior espíritus primitivos, en los primeros estadios de evolución espiritual como seres individualizados y con libre albedrío. Estos espíritus primitivos no se encuentran mezclados con los rezagados, sino que, estando en la misma franja, se agrupan según su afinidad vibratoria, viviendo en zonas apartadas los unos de los otros. Pero los espíritus primitivos no son desgraciados por estar en el astral inferior, porque es el hábitat que se adecua a su nivel. Son los espíritus rezagados los que sufren porque, aunque no den amor, sí son más sensibles a percibirlo que los primitivos y sufren al percibir su ausencia. Sufren por vivir en compañía de otros seres tan egoístas como ellos mismos. Sufren porque vislumbran una vida mejor y saben que su penosa situación se debe al mal uso que hicieron de su libre albedrío, por actuar en contra de los demás.

En el Universo hay un lugar para todos los seres, desde los más primitivos hasta los más avanzados y en cada planeta de nivel semejante a la tierra, el astral inferior es el hogar de los seres que todavía están dando los primeros pasos en el aprendizaje de los sentimientos. También hay que tener en cuenta que este no es un lugar específicamente creado para los espíritus que han actuado contra la ley del amor. Y si es tan horrible, es porque ellos mismos han creado las condiciones para que estos lugares que habiten sean asfixiantes, por la vibración conjunta que desprenden de su propia bajeza espiritual.

La entidades que habitan el astral inferior son espíritus poco avanzados en el sentimiento. Y esto puede suceder porque se trate todavía de espíritus jóvenes o, porque a pesar de ser espíritus ya más o menos viejos, han avanzado poco en el desarrollo de los sentimientos. Aunque haya espíritus en el astral inferior que puedan ser muy inteligentes, y hayan utilizado esta inteligencia para perjudicar a otros espíritus, si todavía no han desarrollado sus sentimientos, no son sabios, porque la sabiduría procede del conocimiento del sentimiento, y son desgraciados, porque viven en el egoísmo y desconocen la felicidad. La envidia de no poseer la sabiduría y la felicidad que intuyen que han alcanzado los espíritus que han vencido el egoísmo y conocen el amor les empuja a obstaculizar con todas sus fuerzas el avance espiritual de sus hermanos encarnados, para que tampoco ellos lleguen a disfrutar la felicidad que emana del amor.

Como dice el refrán: “Mal de muchos, consuelo de tontos”. Por ello, se organizan entre ellos con el objetivo de obstaculizar el progreso de los desencarnados y captar adeptos para sus filas. Pero su capacidad de acción sobre los encarnados es bastante limitada, a no ser que los encarnados, por sus propios actos, se dejen influir por ellos.

También su expansión está limitada a las franjas vibratorias más bajas, ya que para alcanzar franjas más altas deberían amar y, puesto que se niegan a hacerlo, se autorecluyen en ese nivel. Luego tienen el problema de estar en constantes luchas entre facciones rivales, porque a consecuencia del egoísmo “todos quieren ser el jefe”. Pero tarde o temprano estos espíritus se cansan de ser “malos”, porque son tremendamente infelices y buscan salir de esta situación. Entonces son rescatados por los espíritus de franjas más elevadas que tienen puestos de socorro en las regiones colindantes a estas regiones inhóspitas.

Los espíritus de los niveles superiores gozan de mayor libertad de movimiento y pueden descender a los niveles inferiores, aunque para ellos resulte tan incómodo como para vosotros lo sería caminar por dentro de un lodazal. Los espíritus de niveles inferiores no pueden ascender a niveles superiores hasta que no logren aumentar su nivel vibratorio, y esto sólo se consigue cuando evolucionan espiritualmente. Por lo tanto, los contactos entre espíritus de diferente nivel siempre se realizan descendiendo el más avanzado a la región del menos avanzado. Los espíritus que habitan en las zonas densas del astral inferior encuentran mayor dificultad para moverse en su entorno, pareciendo casi que viven con las mismas limitaciones que tiene un humano encarnado, ya que la vibración de la “materia astralina” de esa zona es tan baja que se asemeja mucho a la de la materia física. No ocurre así con los espíritus del astral superior, que pueden viajar libremente, aunque para que estos se manifiesten en el astral inferior y puedan ser vistos por sus habitantes deben ajustar su vibración, y esto les resulta tan penoso como lo es para vosotros el respirar en una habitación llena de humo.

Las diversas comunidades del astral están conectadas entre sí y existe un tránsito de espíritus, con la limitación que hemos indicado anteriormente. Es decir, mientras los avanzados pueden moverse libremente por su nivel y los niveles inferiores, los menos avanzados sólo pueden alcanzar niveles superiores aumentando su nivel vibratorio, a través de la evolución espiritual. Las comunidades del astral medio son ayudadas por las comunidades del astral superior, de las que reciben asesoramiento espiritual y técnico para organizar sus comunidades conforme a las leyes espirituales más avanzadas. A su vez, de estas comunidades del astral medio, parten misiones de ayuda a los espíritus del astral inferior que están en condiciones de salir de esa franja vibratoria, por haber tomado conciencia del daño que hicieron, porque han mostrado arrepentimiento y voluntad de mejora, y por haber pedido ayuda sincera para salir de esa situación.


Las comunidades de espíritus más avanzados actúan como una especie de ONGs espirituales, que bajan a ayudar o a rescatar a los espíritus sufrientes en situaciones bastante comprometidas. Con este objetivo crean hospitales, albergues y escuelas en ciertas regiones limítrofes entre el astral inferior y medio, para la atención y reeducación de los espíritus recién rescatados de las franjas vibratorias bajas. En estos lugares pasarán el tiempo necesario para su rehabilitación. Una vez recuperados, muchos de ellos se implican activamente en los mismos trabajos de asistencia y rescate de espíritus sufrientes del astral inferior de los que ellos se beneficiaron, lo cual les hace sentir que son útiles y un poco más felices, porque es la manera que tienen de agradecer lo que se hizo por ellos, y porque desean ayudar de corazón a sus hermanos, pues comprenden perfectamente lo que están pasando, ya que ellos lo sufrieron recientemente en sus propias carnes. Así también se ayudan a sí mismos, elevando su patrón vibratorio con los actos de amor que realizan por los demás. Una vez recuperen el nivel vibratorio adecuado, y si ellos así lo desean, pueden volver a sus hogares espirituales.

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