Hay espíritus habitando en cada una de
las franjas vibratorias del mundo
astral, también han creado a partir de los elementos naturales su propia
civilización.
A medida que el
espíritu evoluciona, es decir, se va desprendiendo del egoísmo y se vuelve
más amoroso, su actuación en el amor le hace aumentar su frecuencia
vibratoria, lo cual le permite ascender hacia los planos vibratorios que están
de acuerdo con su nuevo nivel evolutivo.
Conforme esta ley de
correspondencia vibratoria, los espíritus más avanzados, que tienen
naturaleza más sutil, habitan en las regiones vibratorias más sutiles y más
alejadas de la superficie terrestre, mientras que a medida que descendemos
hacia capas progresivamente más densas, iremos encontrando comunidades de
espíritus menos avanzados, cuya naturaleza es más densa.
Como consecuencia de
esto, la civilización es más perfecta y avanzada en lo moral y en lo técnico
en las capas más sutiles que en las más densas. Aunque se trate de una
división puramente arbitraria, podemos agrupar estos distintos niveles
vibratorios en astral inferior, medio y superior, según se aumenta en
vibración o se disminuye en densidad.
Los espíritus del
astral superior tienen ya muy claro cuál es el destino del espíritu y están
en fase de evolución consciente. Centran toda su voluntad y esfuerzo en
avanzar espiritualmente y en ayudar a avanzar a los espíritus que están menos
evolucionados, aunque estos muchas veces no son conscientes de la ayuda que
reciben. Y en eso, básicamente, ocupan su tiempo.
En el astral
inferior se encuentran los espíritus menos evolucionados espiritualmente, que
pueden ser tanto aquellos espíritus todavía jóvenes, en estado primitivo de
evolución, como aquellos que a pesar de haber vivido muchas vidas y de haber
desarrollado su inteligencia, todavía no han desarrollado sus sentimientos.
En el astral medio
encontraremos los espíritus con un grado de avance intermedio. Es ahí donde
van a parar la mayoría de espíritus encarnados de la Tierra después de
desencarnar, aunque para llegar hasta aquí muchos hayan pasado algunas etapas
más o menos prolongadas en el astral inferior, por haber quedado retenidos
temporalmente debido a sus acciones contra la ley del amor, realizadas mientras
estaban encarnados.
Realmente todos los
espíritus que han alcanzado el astral superior estuvieron en el pasado en el
astral inferior y pasaron por el astral medio. Y si llegaron hasta ahí fue
porque por méritos propios fueron progresando espiritualmente en el amor,
aumentando así su nivel vibratorio y haciéndose dignos de habitar las
regiones que actualmente ocupan. Y todos los espíritus del astral inferior,
cuando evolucionen lo suficiente, habitarán un día en regiones astralinas
superiores, porque forma parte del proceso de evolución espiritual. Por tanto,
no hay lugares creados expresamente para servir de mazmorras, ni el sufrimiento
que puede experimentar un ser por estar en el astral inferior dura eternamente.
No
todos los habitantes del astral inferior son necesariamente “malos” ni todos “sufren”. También el término “malo” es inexacto.
Sería mejor llamarlos espíritus rezagados, que han avanzado sólo en
inteligencia, pero poco en amor.
También
habitan el astral inferior espíritus primitivos, en los primeros estadios de
evolución espiritual como seres individualizados y con libre albedrío. Estos
espíritus primitivos no se encuentran mezclados con los rezagados, sino que,
estando en la misma franja, se agrupan según su afinidad vibratoria, viviendo
en zonas apartadas los unos de los otros. Pero los espíritus primitivos no son
desgraciados por estar en el astral inferior, porque es el hábitat que se
adecua a su nivel. Son los espíritus rezagados los que sufren porque, aunque
no den amor, sí son más sensibles a percibirlo que los primitivos y sufren al
percibir su ausencia. Sufren por vivir en compañía de otros seres tan
egoístas como ellos mismos. Sufren porque vislumbran una vida mejor y saben
que su penosa situación se debe al mal uso que hicieron de su libre albedrío,
por actuar en contra de los demás.
En el Universo hay
un lugar para todos los seres, desde los más primitivos hasta los más
avanzados y en cada planeta de nivel semejante a la tierra, el astral inferior
es el hogar de los seres que todavía están dando los primeros pasos en el
aprendizaje de los sentimientos. También hay que tener en cuenta que este no
es un lugar específicamente creado para los espíritus que han actuado contra
la ley del amor. Y si es tan horrible, es porque ellos mismos han creado las
condiciones para que estos lugares que habiten sean asfixiantes, por la
vibración conjunta que desprenden de su propia bajeza espiritual.
La
entidades que habitan el astral inferior son espíritus poco avanzados en el
sentimiento. Y esto puede suceder porque se trate todavía de espíritus
jóvenes o, porque a pesar de ser espíritus ya más o menos viejos, han
avanzado poco en el desarrollo de los sentimientos. Aunque haya espíritus en
el astral inferior que puedan ser muy inteligentes, y hayan utilizado esta
inteligencia para perjudicar a otros espíritus, si todavía no han
desarrollado sus sentimientos, no son sabios, porque la sabiduría procede del
conocimiento del sentimiento, y son desgraciados, porque viven en el egoísmo y
desconocen la felicidad. La envidia de no poseer la sabiduría y la felicidad
que intuyen que han alcanzado los espíritus que han vencido el egoísmo y conocen
el amor les empuja a obstaculizar con todas sus fuerzas el avance espiritual de
sus hermanos encarnados, para que tampoco ellos lleguen a disfrutar la
felicidad que emana del amor.
Como dice
el refrán: “Mal de muchos, consuelo de tontos”. Por ello, se organizan entre
ellos con el objetivo de obstaculizar el progreso de los desencarnados y captar
adeptos para sus filas. Pero su capacidad de acción sobre los encarnados es
bastante limitada, a no ser que los encarnados, por sus propios actos, se dejen
influir por ellos.
También
su expansión está limitada a las franjas vibratorias más bajas, ya que para alcanzar franjas más altas deberían amar y, puesto que
se niegan a hacerlo, se autorecluyen en ese nivel. Luego tienen el problema de
estar en constantes luchas entre facciones rivales, porque a consecuencia del egoísmo “todos quieren ser el jefe”. Pero tarde
o temprano estos espíritus se cansan de ser “malos”, porque son tremendamente
infelices y buscan salir de esta situación. Entonces son rescatados por los
espíritus de franjas más elevadas que tienen puestos de socorro en las
regiones colindantes a estas regiones inhóspitas.
Los
espíritus de los niveles superiores gozan de mayor libertad de movimiento y
pueden descender a los niveles inferiores, aunque para ellos resulte tan
incómodo como para vosotros lo sería caminar por dentro de un lodazal. Los
espíritus de niveles inferiores no pueden ascender a niveles superiores hasta
que no logren aumentar su nivel vibratorio, y esto sólo se consigue cuando
evolucionan espiritualmente. Por lo tanto, los contactos entre espíritus de
diferente nivel siempre se realizan descendiendo el más avanzado a la región
del menos avanzado. Los espíritus que habitan en las zonas densas del astral
inferior encuentran mayor dificultad para moverse en su entorno, pareciendo
casi que viven con las mismas limitaciones que tiene un humano encarnado, ya
que la vibración de la “materia astralina” de esa zona
es tan baja que se asemeja mucho a la de la materia física. No ocurre así con
los espíritus del astral superior, que pueden viajar libremente, aunque para
que estos se manifiesten en el astral inferior y puedan ser vistos por sus
habitantes deben ajustar su vibración, y esto les resulta tan penoso como lo
es para vosotros el respirar en una habitación llena de humo.
Las diversas
comunidades del astral están conectadas entre sí y existe un tránsito de
espíritus, con la limitación que hemos indicado anteriormente. Es decir,
mientras los avanzados pueden moverse libremente por su nivel y los niveles
inferiores, los menos avanzados sólo pueden alcanzar niveles superiores
aumentando su nivel vibratorio, a través de la evolución espiritual. Las
comunidades del astral medio son ayudadas por las comunidades del astral
superior, de las que reciben asesoramiento espiritual y técnico para organizar
sus comunidades conforme a las leyes espirituales más avanzadas. A su vez, de
estas comunidades del astral medio, parten misiones de ayuda a los espíritus
del astral inferior que están en condiciones de salir de esa franja
vibratoria, por haber tomado conciencia del daño que hicieron, porque han
mostrado arrepentimiento y voluntad de mejora, y por haber pedido ayuda sincera
para salir de esa situación.
Las comunidades de
espíritus más avanzados actúan como una especie de ONGs espirituales, que
bajan a ayudar o a rescatar a los espíritus sufrientes en situaciones bastante
comprometidas. Con este objetivo crean hospitales, albergues y escuelas en ciertas
regiones limítrofes entre el astral inferior y medio, para la atención y
reeducación de los espíritus recién rescatados de las franjas vibratorias
bajas. En estos lugares pasarán el tiempo necesario para su rehabilitación.
Una vez recuperados, muchos de ellos se implican activamente en los mismos
trabajos de asistencia y rescate de espíritus sufrientes del astral inferior
de los que ellos se beneficiaron, lo cual les hace sentir que son útiles y un
poco más felices, porque es la manera que tienen de agradecer lo que se hizo
por ellos, y porque desean ayudar de corazón a sus hermanos, pues comprenden
perfectamente lo que están pasando, ya que ellos lo sufrieron recientemente en
sus propias carnes. Así también se ayudan a sí mismos, elevando su patrón
vibratorio con los actos de amor que realizan por los demás. Una vez recuperen
el nivel vibratorio adecuado, y si ellos así lo desean, pueden volver a sus
hogares espirituales.
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