miércoles, 15 de mayo de 2024

TÚ ORIGEN.

 JESHUA.

Imagina que naciste de un inmenso Sol de luz indivisible, fuente infinita de vida, fuerza y ​​alegría. La fuerza vital dentro de esa fuente, ese Sol, era tan grande que tuvo que explotar y expandirse, por así decirlo, en muchas partículas pequeñas, cada una de las cuales tiene el potencial de volverse como el Sol mismo. De esta manera, la Creación crece entregándose sin cesar y sembrándose en el universo, en el vacío, en la nada.


Cada uno de ustedes es una chispa de luz nacida de este Sol. Si, vienes de este Sol, llevas el Sol dentro de ti, eres parte del Sol; no eres diferente de él, eres el mismo, pero al mismo tiempo estás solo. Tienes algo que es único y no se puede comparar con ninguna otra chispa del Sol. Llevas en ti la esencia del Sol y al mismo tiempo algo nuevo que eres sólo tú. Es vuestro destino expresar lo nuevo, investigarlo y explorarlo y al mismo tiempo permanecer conectados con el Sol, con vuestro origen.


Es este origen el que a menudo olvidas:  el hecho de que eres uno con la fuente de la vida. Cuando olvidas este origen, la fuente que te conecta con el Uno, entonces te sientes solo y no quieres ser único en absoluto; quieres permanecer conectado con lo que estás más familiarizado, con lo que has conocido. Y en términos terrenales, eso significa que quieres adaptarte y no ser diferente, quieres pertenecer al todo colectivo, lo que se refleja en las formas de pensar y las creencias que existen en la Tierra. Sin embargo, el todo colectivo no refleja tu origen, el Sol. Es una versión muy pobre de lo que son la verdadera conexión y unidad, porque gran parte de ello se basa en el miedo y la supervivencia y ese no es el verdadero todo, el todo al que realmente perteneces.


En esencia, sabes que has venido aquí para traer algo nuevo. Que has venido a sacudir y despertar al todo colectivo en la Tierra y a iluminarlo con tu contribución única. Concretamente, lo que esto significa es que eres diferente, que has asumido cierta soledad y que necesitas conectarte con tu propio núcleo divino. Necesitas traer de regreso al Sol en medio de una realidad que no te refleja ni te nutre directamente. 


Por eso te tengo un gran respeto. Soy consciente de la soledad que podéis vivir en la Tierra: la confusión y el frío.


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