Cuando
una relación termina, es importante saber que no es tan solo a nivel de
cotidianidad que se acaba, hay que terminarla a otros niveles, como el
emocional, energético y aurico, ya que debemos entender que la intimidad no
consiste únicamente en compartir los cuerpos desnudos y tocar la partes
sexuales de tu compañera o compañero en turno, consiste también en el
intercambio energético con otra persona. Éstas poderosas conexiones, invisibles
e insignificantes para muchos, dejan a su paso por nuestros aparatos
reproductores toda clase de escombro de relaciones pasadas, sobre todo de
personas que no ponen mucha atención o desconocen por completo el tema de la
limpieza en la energía sexual.
Wilhelm
Reich fue el primer científico en describir la naturaleza y el propósito del
orgasmo como una descarga del exceso de bioenergía, con la liberación adicional
de energías de sensación, y fue él quien también reconoció las consecuencias
negativas del bloqueo de las energías sexuales.
Cuando
compartimos nuestra intimidad con alguien más, compartimos nuestros miedos,
cargas genéticas o patrones conductuales heredados por nuestro linaje paterno y
materno, compartimos inconscientemente los ciclos de anteriores relaciones que
no han sido cerrados, compartimos también fluidos e información genética de
otras personas que han estado compartiendo nuestra intimidad, toda clase de
problemas y adicciones que se quedan dentro e inconscientemente lo proyectamos
en nuestra aura energética.
Entre
más interactúes con una persona en la intimidad de tu vida, más profundas se
hacen éstas conexiones, y por lo tanto, parte de su aura se entrelaza con la
tuya. Imagina el aura confusa de alguien que duerme con varias personas y lleva
en su interior múltiples energías. Algunas personas son altamente receptivas a
estas energías, por lo que al ser captada dicha contaminación de inmediato se
pierde el interés de profundizar en sus vidas. Un ejemplo muy común- que creo
todos hemos percibido- es cuando conocemos a alguien que acaba de terminar una
relación y sentimos su tristeza o enojo, según como hayan terminado; eso es tan
sólo el pico de una gran montaña enterrada en lo más profundo de su alma.
Para
ir un poco a lo científicamente comprobado, el cuerpo humano está hecho de
energía, nos componen células que contienen cuatro tipos principales de
moléculas orgánicas pequeñas: azúcares, ácidos grasos, nucleótidos y
aminoácidos; las moléculas son un conjunto de al menos dos átomos enlazados
covalentes que forman un sistema estable y eléctricamente neutro: energía.
Gracias
a recientes investigaciones, se ha descubierto y anunciado al mundo que materia
y energía son manifestaciones de lo mismo en diferentes grados de densidad, y
que todo lo que existe existe dentro de un gigantesco campo vibratorio
electromagnético. – Luis Angel Díaz, La Memoria de las Célula.
Al
reducir cualquiera de las células que conforman el cuerpo humano al nivel
átomo, se encentran simplemente madejas de energía.
Ésta
energía responde a los impulsos electromagnéticos u otros agentes generadores
de reacciones. En nuestra vida diaria percibimos toda clase de estímulos
energéticos que van desde la temperatura del sol, la ingesta de alimentos y las
emociones. Por ejemplo, aproximadamente el 70% de nuestro cuerpo es agua y el
85% del cerebro y del sistema nerviosa lo es también. El agua tiene una
altísima conductividad eléctrica, y entonces es comprensible que los cambios
energéticos ocurran en nosotros tan rápidamente, pero muchas veces no nos
percatamos por estar tan ocupados en la vida “cotidiana” suprimiendo emociones
o fingiendo tener una vida estable.
Al
paso de la vida vamos acumulando energía deseada y no deseada, la limpieza del
aura periódicamente apoya a la salud y el bienestar. Por ejemplo si
constantemente en nuestro trabajo experimentamos frustraciones o enojo, lo más
probable es que un día explotemos con quien ni la debe ni la teme, llegar a ese
grado de catarsis es inocentemente una respuesta de nuestro cuerpo para decir:
necesito que saques esta mierda del sistema.
Así
como llevamos nuestros propios rituales de higiene personal, del mismo modo
debemos incluir en nuestras rutinas diarias la higiene de nuestra energía
sexual, ¿cómo? a continuación te daré unas propuestas sencillas para que lo
pongas en práctica.
PRIMERO LAS DAMAS
Tus
períodos menstruales son la base de tu energía sexual, debes comenzar el auto
reconocimiento de tu sangre, – rica en células madre- dejar de percibir tu
periodo como algo asqueroso ya que es justo en el útero donde la vida comienza.
Cuando
entiendes tus ciclos menstruales, el color y olor de la sangre te es más fácil
detectar qué tipo de emociones contaminan a tu sistema.
Las
emociones fuertes podrían ser liberadas a través de tu ciclo menstrual en forma
de coágulos, dolores premenstruales o dolor en los pechos, lo más probable es
que tu cuerpo te esté enviando señales para que dejes de consumir algunos
alimentos o modifiques hábitos que son dañinos.
Cambia
tu alimentación sustituyendo las azucares saturadas por frutos de temporada,
integra en tu rutina diaria 30 minutos de luz solar y 30 minutos de actividad
física para activar tus glándulas sudoríparas y abrir los poros, cuando esto
suceda procura estar concentrada en tus pensamientos y emociones aceptando
libremente lo que sientes sin cuestionarlo y dejando pasar la marea.
Incluye
en tu rutina diaria una hora por la mañana o antes de ir a dormir técnicas de
respiración como yoga o pranayama, ideales para la apertura de la energía vital
de regeneración de la vida. Éstas meditaciones son una mezcla entre cuerpo, la
respiración y el acto de presenciar nuestras emociones, entiéndase que el acto
de presenciar, es eso, ser espectadores y no actores de los sentimientos que en
ese momentos circulan por nuestro cuerpo.
LLORA
COMO UN HOMBRE
Los
hombres son los que más reprimen las emociones de tristeza porque culturalmente
se nos inculcó la mentada frase: los hombres no lloran.
Venimos
al mundo diseñados para absorber indiscriminadamente los rasgos y patrones –
tanto mentales como emocionales – de los que nos rodean, pero, ¿por qué
habríamos de hacerlo? Date la oportunidad de sacar tus emociones.
Si
crees que un clavo saca a otro, seguramente estás altamente contaminado de
muchas brujas (energía sexual de mujeres). Lo ideal para ti es fijarte un plazo
arriba de 6 meses sin contacto sexual con ninguna mujer. Estar solo te permite
reconocer tus emociones, aceptarlas y soltarlas.
Cuando
tenemos relaciones sexuales, los principales protagonistas son:
dopamina,
la hormona de la recompensa
prolactina,
la hormona de la saciedad
oxitocina,
la hormona del cariño
niveles
de receptores andrógenos, que afectan poderosamente nuestro humor, el deseo de
intimidad, la percepción u opinión de nuestra pareja, así como nuestra
susceptibilidad a las adicciones y a sustancias adictivas.
Cuando
duermes con múltiples personas inocentemente buscas calmar la ansiedad de
obtener la dopamina y feniletilamina –la hormona del amor- en términos
hormonales, necesitamos maximizar la producción de oxitocina, y evitar el
carrito de altibajos de la dopamina, y sabio es el dicho que para amar a otra
persona primero te debes amar a ti mismo.
Realiza
igualmente una actividad física al aire libre, ya que en los gimnasios la
música y la competencia son el pan de cada día. Estar al aire libre te permite
sumergirte en tus pensamiento y emociones, al termino de la rutina te sentirás
más ligero.
Date
un tiempo para pensar en la que te partió el corazón, o las miles que han
pasado por tu cama, cambia de sabanas y colócalas al sol.
Sumérgete
en lo salado del océano, si no te es posible, date un baño con sales minerales.
Dedica
al día 30 minutos en completo silencio para reconectarte con tus pensamientos
más profundos y aceptar simplemente tus emociones, si sientes tristeza,
siéntela, si sientes enojo, enójate, si sientes decepción, identifica qué te
hizo decepcionarte y acepta qué pasó y pasará al final del día. Si sientes
calentura, identifica en qué zona de tu cuerpo se activa ese calor, si es en
tus genitales, tócalos y deja que pase el calor sin ir más lejos que el
reconocimiento de la sensación. De ser necesario mastúrbate aunque no es
recomendable porque estarías gastando a lo wey tu energía sexual.
Recomendado
nadar 1 hora a la semana tan si quiera, la natación es de los deportes que le
demandan más a tu cuerpo.
Consume
más té verde, deja la cerveza un mes y el cigarro, verás que cuando emprendas
de nuevo el viaje de compartir tu intimidad podrás hacerlo sin freno de mano,
tan libre de prejuicios y viejos hábitos, para llegar a explotar en lo más
profundo de una muerte chiquita.
Somos
un campo energético, capaz de transmitir nuestra energía a otros seres, si eso
puede hacerlo un humano, imagina a millones de humanos irradiando energía
positiva o negativa. La higiene de tu energía sexual te dará equilibrio
emocional, salud y bienestar. Si lo sigues ignorando aunque la información se
te proporcione te seguirás preguntando ¿por qué no encuentro una pareja
estable? ¿por qué me dejó? ¿por qué me siento tan vacío? ¿por qué sigo sola?
¿por qué soy tan infeliz? ¿por qué no la puedo amar?…. deja de preguntar el por
qué y acepta el para qué.