Las larvas astrales.
Las larvas son el producto de la condensación de energías negativas producidas por una persona, las cuales se concentran en un punto a partir del cual comienzan a tomar una identidad propia hasta tornarse como una criatura autónoma.
Cuando nuestros pensamientos y sentimientos negativos se repiten y persisten, van tomando un cuerpo propio.
Así es que comienza a conformarse una larva, la cual adherida al campo áurico de la persona y se alimenta de la energía de su anfitrión.
Una larva se asemeja a lo que la psicología llama un complejo, una estructura psíquica independiente de quien la posee.
Nuestras obsesiones, sean del tipo que sean, son larvas...
De hecho, toda obsesión es un sentimiento o un pensamiento que se sienten y piensan por la persona, independientes de su deseo y su voluntad.
Las larvas funcionan como parásitos energéticos, los cuales viven de nosotros, en especial de nuestra energía psíquica. Las obsesiones, temores y vicios son claramente larvas. Todo lo que siendo nuestro nos domina sin que nosotros podamos controlarlo es una larva.
Como ocurre con los malos hábitos, lamentablemente, erradicarlas no es sencillo especialmente cuando estas llevan muchos años de formadas.
Las larvas no quieren morir, y al vivir exclusivamente de nosotros, tienden a realimentar los sentimientos y pensamientos que las mantienen vivas.
Ellas,
• inducen el temor al temeroso, aportándole ideas que lo atormentan
• llenan de sentimientos de ira al iracundo
• incentivan deseos apasionados en el lujurioso, etc.
No solo las obsesiones son larvas, también lo son nuestros prejuicios, ideas y sentimientos arraigados, irracionales e inamovibles.
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