Por lo general, la ascensión ha sido concebida como un proceso de desplazamiento al cielo, un estado de conciencia al que pasamos después de que hayamos concluido nuestra experiencia terrenal. Normalmente conectada con la idea de la muerte, la ascensión ha tenido anteriormente la connotación de «Arriba, en lo alto y lejos!»
Jesús nos enseñó que la ascensión o la resurrección, que es una prima cercana, se asocia con la muerte. No fue hasta que murió en la cruz que se le permitió entrar en el Cielo. Pero ese estado final de la conciencia que Jesús obtuvo en la cruz fue precedido por muchos años de experimentar directamente la relación de los mundos interiores y exteriores. Era a través de su comprensión de los mundos de la conciencia pura y su relación con el mundo exterior y la física de las estrellas y planetas, que Jesús era capaz de realizar un milagro tras otro. Porque él se dio cuenta de que eran los dos mundos de la conciencia, y sabía de la conexión entre ellos. Cada milagro, llevó a Jesús más cerca de la Fuente de la Vida y más cerca del día en que él podría optar por ascender. Pero también podríamos preguntarnos si es cierto que su ascensión ocurrió después de la muerte en la cruz. ¿Acaso no podría ser también que Jesús ascendiera a la edad de doce años, cuando realizó su primer milagro?
El concepto de ascensión, como el de resurrección después de la muerte y la entrada en el Cielo, es un concepto cristiano, y es la definición normal en el mundo de los humanos de hoy. Pero la vida no siempre opera con las reglas humanas. De hecho, parece obvio que la vida pone a prueba todas las posibilidades. Así que es posible que las nuevas normas se estén formando aquí en la Tierra, impulsadas por el estado inusual de la conciencia humana en este momento de la historia. Y observo que tal posibilidad está sucediendo ahora que las reglas están cambiando constantemente. Como resultado, creo que por lo que la Humanidad está pasando actualmente y por qué, son cuestiones que están más allá de nuestra imaginación humana en este momento.
De qué manera vamos a llegar adonde nos dirigimos es probablemente una pregunta que estimula nuestra imaginación todavía más. Que Jesús ascendiera al morir, no implica que nosotros vayamos a ascender por el mismo método. La vida puede tener otro plan. ¿Que por qué digo esto? Pues porque he estado viendo la vida en la Tierra muy de cerca y en el poco tiempo transcurrido desde 1998 se han producido cambios que encuentro muy difíciles de definir. Las profecías que se suponía que iban a cumplirse, no lo hicieron. Incluso Y2K nunca sucedió. Cuando cada evento trascendental que fue profetizado se acercaba al tiempo previsto, no se sabe cómo se transformaba en algo suave y que pasaba casi desapercibido.
La incertidumbre me hace pensar en el río que fluye alrededor de la montaña en Colorado. Es el río Grande, y bordea la base occidental de esa montaña. Pero la ciencia ha descubierto que, cada cien años más o menos, ese río cambia de curso y fluye alrededor de la parte oriental de la montaña. Sí, así sin ofrecer ninguna prueba científica. Si les dijéramos a las personas que han vivido toda su vida en esa montaña que es posible que el río cambie su curso un día de estos, pensarían que estamos locos. Estaría fuera de su comprensión. Pero yo estoy convencido de que la Madre Tierra se prepara para experimentar algo igual con nuestro proceso de ascensión, o al menos algo que no ha sucedido a menudo. De hecho, creo que ya ha empezado. Yo diría que la Madre Tierra ya nos trasladó a la cuarta dimensión en 1998, y que luego reconstruyó la realidad exterior normalmente, como si nada hubiera pasado. Sería como si el río hubiera cambiado y la gente que vivía a lo largo de él siguiesen viéndolo como solían verlo. Esta es la única explicación que puedo encontrar que abarca todas las experiencias que estoy teniendo, además de mis observaciones de la realidad exterior.
En otras palabras, yo creo que es posible que ya hayamos «ascendido». Esto ciertamente explicaría las hazañas de los nuevos niños suprapsíquicos que están surgiendo en todo el mundo. Sus acciones y habilidades no son para nada de la realidad tridimensional. Atravesar paredes sólidas, no es algo que puede suceder en la Tercera Dimensión; y hazañas de ese tipo y muchas otras, han sido reportadas en revistas científicas por el gobierno chino y otros. Y esto no es más que una pequeña parte de lo que se observa en la actualidad.
Así que es evidente que algo extraordinario está sucediendo en la Tierra y que no se corresponde con lo que pensamos que es normal. Y, sin embargo, si lo ignoramos, podemos estar de acuerdo en que todo se ve exactamente igual que siempre. Los mayas, los hopi, y muchos otros han predicho recientemente que este período de tiempo en el que estamos ahora, sería testigo de un enorme cambio en el mundo. La implicación era que no habría cambios físicos en la Tierra de proporciones enormes como terremotos e inundaciones y otros desastres naturales que podrían devastar la civilización planetaria. Pero he estado observando cuidadosamente, observando este período de tiempo a través de mi ser interior y, a pesar de que estoy viendo todo lo que ocurre exactamente como se predijo, los cambios no son, de hecho, aparentes en el mundo externo o al menos no todavía). Eso sí, están apareciendo en el mundo interior de cada uno de nosotros.
Los principales cambios dentro de nosotros nos están transformando en algo nuevo y diferente. Y yo creo que, en cualquier momento, podemos entrar en un Mundo Nuevo. Y aunque será el mundo asociado normalmente con la ascensión, creo que nos parecer normal y familiar. Tendrá la familiaridad de la antigua Tercera Dimensión, pero con un corazón nuevo. Y cuando miremos atrás, a pesar de lo normal que nos pareció este momento, creo que nos daremos cuenta de los muchos grandes cambios que se han producido en tan poco tiempo.
Por eso siento una gran emoción y esperanza. Si usted puede ver su experiencia de este año con el «ojo» de la ascensión, podría verlo como el año más increíble que jamás haya experimentado en la Tierra.
Como dice el dicho, abre los brazos y tu corazón a lo que realmente eres: un gran Ser Divino con increíbles habilidades para crear. Tú eres el hijo o hija de Aquel que lo creó Todo. Y esto nunca cambiará.
A veces se nos olvida, pero, con el tiempo, siempre recordamos una vez más.
Con el tiempo, el velo siempre se levanta.
Los amo y los honro.
En Amor y Servicio.
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