lunes, 29 de agosto de 2022

SIEMPRE TE HAN MENTIDO.

 Te enseñaron que eras insignificante, que estabas incompleto, que eras limitado, que había algo que te hacía falta, que tenías alguna deficiencia, que algo estaba «mal» en ti, ya que ellos creían en el «bien» y el «mal». Te dijeron que tú eras «menos que» y que otros eran «más que».

Te vendieron una farsa, te alimentaron con una pesadilla: Que el Amor era condicional, que tenías que esforzarte para alcanzarlo, que tenías que ganártelo, que tenías que «portarte bien» para obtenerlo.


Que la fuente de tu valía estaba al margen de ti, que estaba fuera de tu control y que dependía de hacer mejor las cosas: De ser más rápido, más listo, más taimado; de ser más alto, más hermoso, más exitoso; de obtener mejores calificaciones, de escalar alto y de descender cuando te lo ordenaran. De hacer más, de tener más: dinero, estatus, títulos, diplomas, alabanzas, reconocimiento, aplausos… De construir una mejor imagen, de aparentar un mejor yo, de mostrar una mejor versión de lo establecido, de estar actualizado…


¡Todo era mentira!

Tú eras adorable exactamente tal y como eras, en tu forma original. Desde el principio, eras íntegro y completo y valioso. Digno de amor, digno de una atención esmerada, digno de empatía y de seguridad y de consideración y de respeto.


Tus sensaciones y emociones eran importantes, incluso las más incómodas. Tu cuerpo era hermoso, incluso con sus imperfecciones. Tu voz era sagrada, incluso cuando ellos no estaban de acuerdo y te hacían callar. Tus éxitos eran importantes, pero también lo eran tus fracasos. Tu mundo era importante, tu ser era importante, tu inhalación era importante y tu exhalación también.


Te enseñaron que eras insignificante, que estabas incompleto, que eras limitado, que había algo que te hacía falta, que tenías alguna deficiencia, que algo estaba ‘mal’ en ti, que tú eras «menos que» y que otros eran «más que».

¡Estuvieron equivocados por siempre!


Sin embargo, perdónalos, Padre; no sabían lo que hacían, porque a ellos les enseñaron lo mismo.

 

JEFF FOSTER

lifewithoutacentre.com

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