Hablemos del EGO. El ego inflado, es decir, una emoción, una creencia o incluso una necesidad que muchos creen beneficiosa, pero que cuando se exagera en la dosis, es tremendamente dañina para la evolución del alma.
El ego es un espacio vacío que necesita ser llenado. No por actitudes egoicas, sino por algo altruista; por algo que eleva el alma.
El ego descontrolado es un guía traicionero que cava el abismo, donde arroja a su seguidor.
El ego no construye nada; solo destruye lo poco que su portador logra con el trabajo duro. De hecho, el ego es un certificado de incompetencia.
Cuando decimos ego inflado, podríamos entender que no es más que una burbuja vacía, como un globo lleno de aire. Cuanto más crece, más cerca está su colapso, porque cuando reviente, no quedará nada útil.
Muchos sienten un vacío existencial tan grande dentro de sí mismos, comparable a un hambre intensa. Necesitan urgentemente llenar ese espacio para liberarse de la incomodidad de tal vacío. Entonces crean una ilusión para satisfacer esta necesidad. Esta ilusión es el ego que crece en proporción al espacio existente.
Sin embargo, con el paso de los días, el portador se da cuenta de que todos sus intentos han sido infructuosos. Al igual que un globo que se desinfla con el tiempo, ese espacio lleno de ego también se disuelve y surge la necesidad de más ego. Cuanto más se agranda el ego, más espacio se ocupa y más y más necesidad surge. Esto se convierte en un círculo vicioso sin fin.
El ego no produce nada útil. Por eso nunca satisface a quien lo sostiene. Es solo una apariencia engañosa camuflada en la mente de su portador. Ni siquiera engaña a alguien, ya sea el que está cerca, o incluso un extraño. El ego inflado ni siquiera esconde una actitud despreciable de quien lo porta, porque como es una cosa en crecimiento, se muestra más fácilmente a todos.
El ego también revela algo que a nadie le gusta mostrar: la diferencia entre un ganador y un perdedor. Sólo identifica entre tantos, a los menos aptos para grandes hazañas. Sí, porque el que de verdad hace algo bueno no necesita de este artificio, porque ya se siente lleno todo el tiempo. No siente el vacío existencial que siente el egoísta. El que es competente no necesita probar nada, porque sus logros hablan por sí solos.
El portador de un ego inflado, por otro lado, trata de mostrar algo que no puede tener o lograr. El ego es un vacío que necesita ser llenado; no con ilusión, sino con cosas edificantes. Entonces, el ego es algo que todavía necesita ser entendido.
**Por Vital Frosi
No hay comentarios.:
Publicar un comentario