Estamos aquí para recordarte quién eres realmente.
Durante mucho tiempo, han olvidado y se han identificado más con los roles que desempeñan en la Tierra que con su verdadera naturaleza.
Amado, tú eres Espíritu: ilimitado y sin límites para ninguna percepción humana; eres Luz. La mente proyecta el cuerpo, pero el cuerpo no es verdaderamente físico, como nada en tu realidad lo es; solo simula la fisicalidad. Estás donde estás ahora porque, consciente o inconscientemente, elegiste estar allí.
Muchos de ustedes se han encarnado y continúan reencarnándose debido al deseo y al miedo que se manifiestan en ustedes. Sin embargo, un ser despierto elige su próxima vida sabiamente, con plena conciencia.
Cuando sabes lo que eres, no hay deseo de tener un cuerpo físico, ya que el cuerpo representa limitación. Sin embargo, entre los que han despertado, muchos han elegido tomar un cuerpo y caminar por la Tierra una vez más con propósitos superiores. Los números aumentarán nuevamente y muchos maestros elegirán la Tierra durante este tiempo.
Amado, debes saber esto: tú no eres el cuerpo ni la mente. Te has identificado con ellos y, al hacerlo, te has creado limitaciones. Pero tu poder de creación es ilimitado: el mismo poder que creó todo. Solo puedes acceder a este poder cuando dejas de identificarte con la mente y el cuerpo.
Observa tus pensamientos, pero no creas que son tú o que son tuyos, pues los pensamientos son simplemente impulsos eléctricos formados por vibraciones. A menudo, están moldeados por las vibraciones con las que te encuentras.
Tu cuerpo es un vehículo temporal, generado para que experimentes la vida en la Tierra, pero no es lo que eres.
¿Cuánto miedo se ha generado y difundido en la Tierra debido a la ilusión de la muerte corporal? Este supuesto “fin” no es más que una ilusión.
Elévate por encima de la ilusión y regresa a tu verdadero Ser. Toma el camino del testigo: observa en lugar de reaccionar. Observa todo como si estuvieras viendo una película en una pantalla, porque eso es todo lo que estás viendo: el espectáculo de la Tierra.
Cuando te levantes y elijas participar en esta hermosa obra, hazlo como un creador, alguien que nunca olvida quién es realmente.
Y bendice la Tierra, desde donde quiera que estés, bendícela, no como un extraño que pasa por allí, sino como un maestro que sabe que es uno con ella.
Te amamos.
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